A veces nos preguntamos, ante tantos consejos que ofrece la Biblia Sagrada, qué dice realmente sobre el matrimonio y la familia. La respuesta es clara: la Biblia presenta enseñanzas maravillosas sobre estos temas. A través de este estudio bíblico, veremos que el amor verdadero es el fundamento esencial del matrimonio y la familia.
Sin embargo, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. (Efesios 5:33)
El Modelo Bíblico de la Familia
La familia es una institución tan especial que refleja el gran amor de Dios por ella. La Biblia nos presenta el modelo ideal de familia, destacando su grandeza y los valores que deben permanecer inalterables, pues la familia, según el plan de Dios, es perfecta.
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:18-24)
Es imposible hablar de familia sin mencionar el matrimonio, así como es imposible hablar de matrimonio sin considerar la familia. Según el diccionario, la familia es el conjunto de personas unidas por lazos de parentesco o afectivos que viven en el mismo hogar. Uno de los pilares fundamentales de la familia es el amor, definido como un sentimiento de cariño y demostración de afecto entre seres capaces de expresarlo.
El Amor como Pilar Central de la Familia
La familia debe estar cimentada en el amor, pues este es la base central para su existencia. La Biblia nos orienta sobre cómo cuidar de la familia en todos los aspectos, destacando las características del amor verdadero:
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. (1 Corintios 13:4-8)
El Amor Sufre con Paciencia
Cuando la Biblia dice que el amor es sufrido, no significa que amar sea sufrir. Por el contrario, indica que el amor verdadero soporta el sufrimiento con paciencia. El amor perfecto de Dios es el modelo a seguir. Todo matrimonio y toda familia enfrentan dificultades que generan dolor, pero el amor familiar permanece firme.
Este amor “sufrido” se refleja en los votos matrimoniales: “Prometo estar contigo en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, amándote, respetándote y siéndote fiel todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.” Estas palabras abarcan tanto momentos de alegría como de sufrimiento. El amor verdadero permanece intacto en tiempos de prosperidad o escasez, en abundancia o simplicidad, como compartir un pastel sencillo con la misma alegría que cenar en un restaurante elegante. La vida es como un gráfico de la bolsa de valores: un día en verde, otro en rojo. El amor sufrido es discreto en la abundancia y vibrante en la adversidad.
El Amor es Benigno y Sin Envidia
Quien ama a Dios desea el bien de su cónyuge y de su familia, actuando con bondad y sin segundas intenciones. El amor verdadero no conoce la envidia, un sentimiento egoísta que desea poseer lo que pertenece a otro. Todas las acciones basadas en el amor son buenas, verdaderas y nunca tienen como objetivo herir a alguien.
El Amor es Respetuoso y Altruista
Quien ama no actúa con ligereza, impulsividad ni arrogancia. El amor trae consigo mansedumbre, paciencia y gentileza. Es cauteloso, respeta los límites de la decencia y no es egoísta, priorizando el bienestar y la felicidad del ser amado por encima de los propios intereses.
El Amor es Comprensivo y Justo
El amor es calmado, comprensivo y nunca agresivo. No es celoso, pues la confianza forma parte de su esencia. Está listo para escuchar y entender, no para pelear ni condenar. Busca la verdad, rechaza la injusticia y valora la sinceridad.
El Amor es Resiliente
El amor en la familia enfrenta dolores, dificultades y momentos de espera, pero también encuentra fuerza, paciencia y recompensa. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta, reflejando la resiliencia y la esperanza que sostienen el hogar.
Los Cuatro Pilares del Matrimonio en Efesios
Volviendo al texto base, Efesios 5:33 destaca el amor y el respeto como fundamentos del matrimonio:
Sin embargo, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. (Efesios 5:33)
Así como Jesucristo amó a la Iglesia hasta el punto de dar Su vida por ella, Dios espera que el esposo cuide de su esposa con el mismo amor sacrificial, dispuesto, si es necesario, a dar su vida por ella. La Biblia designa al hombre como “cabeza de la mujer”, una responsabilidad que incluye cuatro pilares esenciales para la familia:
- Provisión: Atender las necesidades espirituales y materiales de la familia.
- Protección: Ofrecer amor, seguridad y cuidado por el bienestar de la esposa, como Cristo lo hace por la Iglesia.
- Honor: Mostrar comprensión, aprecio y consideración por la esposa.
- Fidelidad: Mantener lealtad y compromiso total en la vida conyugal.
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia. (Efesios 5:28-29)
La Importancia de Amarse a Sí Mismo
Basado en estos versículos, surge una pregunta para la reflexión: ¿te amas a ti mismo? Esta cuestión es crucial porque es imposible amar verdaderamente a otra persona sin primero amarse a uno mismo. Quien no se ama tiende a priorizar sus propios deseos, descuidando el bien de su cónyuge o familia.
Por ejemplo, alguien que no se ama puede no animar a su cónyuge a mejorar financieramente si está en una situación difícil, ya que no puede motivarse a sí mismo. Amarse a uno mismo es la base para amar a la familia, siguiendo el modelo de Jesús, quien renunció a Su gloria para dar Su vida por la Iglesia. Este amor sacrificial inspira respeto y amor en la esposa, así como la Iglesia reconoce el sacrificio de Cristo.
Valorando las Cualidades de la Familia
Independientemente de cuántos años llevemos casados o cuántos hijos tengamos, reconocer dónde erramos y cambiar nuestras actitudes fortalece el matrimonio y la familia. No permitas que los defectos de tu cónyuge o de los miembros de la familia eclipsen sus cualidades.
Piensa en dos defectos y tres cualidades de tu cónyuge. Numéricamente, tres es mayor que dos. A menudo, nos aferramos tanto a los defectos que nos volvemos ciegos a las cualidades, que siempre superan las fallas. Enfocarse en las cualidades fortalece los lazos familiares.
El Amor Verdadero Supera los Desafíos
Cuando hablamos de matrimonio y familia, sabemos que no todo son rosas; las espinas existen y tratarán de herir el amor. El amor de los cuentos de hadas no es real; el amor verdadero, creado por Dios, es puro, original y perfecto en sus imperfecciones.
Como dijo Bárbara Flores: “El amor es como un pequeño barco. Para navegar hacia adelante, los tripulantes deben remar en la misma dirección y con la misma intensidad. No basta con que uno reme o dirija; ambos deben estar en sintonía, en la misma frecuencia, para enfrentar olas fuertes sin dejar que el barco se hunda. Incluso si el barco está dañado, deben permanecer juntos, aprendiendo a nadar lado a lado. El amor lo soporta todo: una ola, un obstáculo, una tormenta. Incluso cuando parece que no hay solución, siempre hay una forma de salvarlo. Requiere fe, esfuerzo, remar y volver a amar.”