¿Alguna vez has reflexionado sobre cuál es tu llamado en la obra de Dios? Cada uno de nosotros tiene un propósito específico, pero no siempre es fácil comprender lo que el Señor ha planeado para nuestras vidas. En este estudio, exploraremos juntos cómo identificar el llamado divino.
¿Te has preguntado alguna vez, ¿Cuál es mi llamado? Tómate un momento para reflexionar y pregúntate: ¿Cuál es mi llamado?
Sumérjanse en la Palabra de Dios y leamos Isaías 61:1-3, que habla del llamado del Señor:
«El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar a los de corazón quebrantado, a proclamar libertad a los cautivos y liberación de la oscuridad a los prisioneros.»
Este texto revela la esencia del llamado de Dios: proclamar el año aceptable del Señor, consolar a los afligidos y traer transformación espiritual. Nos llama a reemplazar cenizas por gloria, tristeza por alegría y angustia por alabanza, para que seamos reconocidos como árboles de justicia, plantados por el Señor para Su gloria.
Descifrando el Llamado Divino en Isaías 61:1-3
El profeta Isaías describe al Mesías y Su misión de manera clara, reforzando la supremacía de Cristo en el capítulo 11:2-3. Al inicio de Su ministerio, Jesús aplicó este pasaje a Sí mismo (Lucas 4:18-19), destacando un propósito cuádruple:
- Predicar el evangelio a los pobres y afligidos.
- Sanar a los quebrantados espiritual y físicamente.
- Romper las cadenas del mal y proclamar liberación.
- Abrir los ojos espirituales de los perdidos a la luz del evangelio.
La iglesia está llamada a continuar esta misión mientras esté en la Tierra. Analicemos cada aspecto de este llamado:
¿Cuál Es Tu Llamado?
- Predicar el Evangelio a los Pobres y Afligidos.
«Por tanto, id y haced discípulos de todas las naciones.» (Mateo 28:19)
El llamado de Dios nos lleva a proclamar las buenas nuevas a todos, sin importar su condición. El id nos desafía a anunciar que Jesús salva, sana, libera y ofrece vida eterna.
- Sanar a los Quebrantados y Enfermos.
«Sanad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad a los leprosos, expulsad demonios.» (Mateo 10:8)
Jesús nos da autoridad para orar y actuar en fe, creyendo que Dios puede obrar milagros. Al compartir esta verdad, nos convertimos en instrumentos para restaurar vidas.
- Romper las Cadenas del Mal y Proclamar Liberación.
«Y el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.» (2 Corintios 3:17)
Nuestro llamado incluye ministrar liberación a los oprimidos por cadenas espirituales, mostrando que en Cristo hay verdadera libertad y transformación.
- Abrir los Ojos Espirituales de los Perdidos.
«Y todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.» (Hechos 2:21)
Hay muchos que necesitan esperanza y una palabra que los guíe a la salvación. Nuestro papel es iluminar el camino, señalando a Jesús como el único Salvador.
Conclusión: ¿Cómo Cumplir Tu Llamado?
Ahora que entendemos qué significa nuestro llamado, debemos actuar. Lleva esta palabra a aquellos marginados por la sociedad, que necesitan transformación. Que podamos proclamar con valentía: «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» (Juan 8:32)
Si este texto ha edificado tu vida, deja un comentario y compártelo. ¡Ayuda a difundir el mensaje y a edificar otras vidas con el poder de Dios!