La oración es el puente que conecta al creyente con Dios, un canal esencial de comunicación para la vida cristiana. La Biblia nos enseña que orar con fe abre las puertas para recibir las bendiciones de Dios:
Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mateo 21:22)
En este estudio, exploraremos qué es la oración, sus significados bíblicos, su importancia como mandato divino, los beneficios de perseverar en la oración y los principios para una oración eficaz.
¿Qué es la Oración?
La oración es el medio por el cual los creyentes se comunican con el Señor, expresando alabanza, gratitud, súplicas e intercesión. La Biblia presenta varios términos que describen la oración, cada uno revelando una faceta de nuestra relación con Dios:
- Invocar a Dios:Yo te he invocado, porque tú me responderás, oh Dios; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. (Salmos 17:6)
- Invocar el Nombre del Señor:A Set también le nació un hijo, y le puso por nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová. (Génesis 4:26)
- Clamar al Señor:Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. (Salmos 3:4)
- Elevar el Alma al Señor:A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. (Salmos 25:1)
- Buscar al Señor:Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. (Isaías 55:6)
- Acercarse al Trono de la Gracia:Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16)
- Acercarse a Dios con Fe:Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones purificados de mala conciencia, y lavado el cuerpo con agua pura. (Hebreos 10:22)
La Oración como Mandato Divino
Muchos tal vez no sepan, pero la oración es un mandato divino, una orden para que el cristiano viva en constante comunión con Dios. La Biblia nos exhorta a orar continuamente:
Buscad a Jehová y su poder; buscad siempre su rostro. (1 Crónicas 16:11)
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. (Isaías 55:6)
El propio Jesús enfatizó la importancia de la oración como protección contra las tentaciones:
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. (Mateo 26:41)
La oración es el medio por el cual Dios se comunica con el creyente, fortaleciendo nuestra relación con Él. Solo a través de la oración mantenemos una conexión viva y activa con el Creador.
Bendiciones de la Oración
Las bendiciones y el cumplimiento de las promesas de Dios se derraman sobre aquellos que buscan a Dios en oración. Un ejemplo claro es el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, que ocurrió después de que los discípulos perseveraran en oración en el aposento alto:
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas como de fuego, que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2:1-4)
La oración constante es esencial para recibir las promesas de Dios, ya sea para fortalecimiento espiritual, sanidad o la realización de los propósitos divinos.
Perseverancia en la Oración
No siempre recibimos respuestas inmediatas a nuestras oraciones. La Biblia nos enseña a perseverar, insistiendo en nuestras peticiones con fe:
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia contra mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche, aunque sea paciente con ellos? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:1-8)
El cristiano que persevera en la oración recibe, pues la Palabra de Dios asegura que la insistencia unida a la fe mueve el corazón de Dios.
Oración Intercesora
El apóstol Pablo frecuentemente pedía oraciones en su favor, reconociendo que su ministerio dependía del apoyo de los hermanos en Cristo:
Os ruego, pues, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios. (Romanos 15:30)
La oración intercesora es esencial para el crecimiento del Reino de Dios. Debemos orar constantemente por los misioneros, pastores, iglesias y por la manifestación del poder de Dios en la Tierra, pidiendo que Sus propósitos se cumplan.
Oración y Sanidad
La Biblia enseña que la oración hecha con fe puede traer sanidad, conforme a la voluntad de Dios:
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. (Santiago 5:15)
Aunque Dios aún sana hoy, la sanidad depende de nuestra fe y de la voluntad soberana de Dios. Aunque la respuesta no llegue de inmediato, debemos perseverar en la oración, confiando en que Dios actuará en el momento oportuno.
Requisitos para una Oración Eficaz
Para que la oración sea eficaz, se deben observar ciertos principios bíblicos:
1. Fe
La fe es el requisito fundamental para una oración respondida. Jesús enseñó:
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. (Marcos 11:24)
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. (Marcos 9:23)
Debemos acercarnos a Dios con un corazón lleno de fe, convencidos de que Él es capaz de responder:
Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones purificados de mala conciencia, y lavado el cuerpo con agua pura. (Hebreos 4:16)
2. Orar en el Nombre de Jesús
Toda oración debe hacerse en el nombre de Jesús, en armonía con Su carácter y voluntad:
Y todo lo que pidiereis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. (Juan 14:13-14)
3. Conforme a la Voluntad de Dios
La oración eficaz está alineada con la voluntad de Dios. Jesús nos dejó el ejemplo en el «Padre Nuestro»:
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Mateo 6:9-10)
Debemos orar y vivir conforme a la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios para que nuestras súplicas sean escuchadas.
Métodos de Oración Eficaz
La Biblia presenta varios métodos para orar con eficacia:
- Alabanza y Adoración: Comenzar la oración alabando y adorando a Dios con sinceridad.
- Confesión de Pecados: Confesar los pecados conocidos es vital para la oración de fe.
- Súplicas por Necesidades: Presentar a Dios nuestras necesidades específicas.
- Intercesión: Orar por los demás con un corazón sincero, intercediendo por sus necesidades.
La oración puede adoptar muchas formas:
- En silencio o en voz alta.
- Con palabras propias o usando versículos bíblicos.
- Mentalmente o por el Espíritu.
- A través de gemidos inexpresables o cánticos al Señor.
Posturas Corporales en la Oración
La Biblia muestra que no hay una postura única para orar. Las personas oraron en diferentes posiciones, como:
- De pie.
- Sentadas.
- De rodillas.
- Acostadas.
- Inclinadas hasta el suelo.
- Postradas.
- Con manos levantadas al cielo.
Lo importante es entrar en la presencia de Dios con un corazón abierto; la postura corporal es secundaria. Nada nos impide orar, salvo nosotros mismos.
La Importancia de la Oración para la Iglesia
La iglesia depende de la oración de cada creyente, y cada creyente depende de las oraciones de los demás. La oración constante es esencial para el crecimiento del Reino de Dios y para que Sus propósitos se manifiesten en la Tierra. La oración crea intimidad con Dios, siendo la llave para hacer visible lo invisible y el único medio para dialogar con Dios y escuchar Su voz.
Conclusión: El Poder de la Oración
La oración es más que un acto religioso; es la esencia de la vida cristiana, un mandato divino y el medio por el cual experimentamos las promesas de Dios. Al orar con fe, perseverancia y en conformidad con la voluntad de Dios, recibimos bendiciones, fortaleza y dirección. Que vivamos en constante oración, buscando a Dios de todo corazón e intercediendo por el avance de Su Reino.