Estamos al servicio de Dios en esta tierra, pero ¿sabes lo que realmente es servir a Dios? Servir significa: Trabajar a favor de alguien. Y realmente estamos trabajando al servicio del reino de Dios. Cuando Jesús viene a la tierra, cumple su propósito y nos empodera para que podamos continuar con su obra salvadora. Juan 14:12 – De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará, y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
Cuando el Señor Jesús regrese por su iglesia o en un llamado individual, quiere que vengamos a estar vigilantes, sirviendo fiel y amorosamente a su palabra. Mateo 24:46 – Bienaventurado el siervo a quien su señor, viniendo, halle para servirle así.
Características del Siervo de Dios
Humildad
El servicio a Dios requiere humildad por parte del ser humano. Mateo 23:11 – El mayor de vosotros será vuestro servidor. El mismo Señor Jesucristo, siendo 100% hombre y 100% Dios, demostró su humildad. Siendo Dios da su vida para que vivamos,
Adoración en espíritu y en verdad:
Juan 4:23 – Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque el Padre busca a los tales para que le adoren.
¿Qué significa adorar a Dios en espíritu y en verdad?
Cuando hablamos de adoración debemos entender que adoración en espíritu y en verdad es aquella con el corazón vuelto totalmente a Dios a través de una adoración sincera. La adoración más verdadera no es la que sale solo de nuestros labios, donde muchas veces usamos palabras vagas o repetidas, sino la que sale del corazón,
Tenemos un gran ayudador y es el que nos ayuda a orar, su nombre es Santo Espíritu, el Espíritu Santo es quien nos quebranta, mostrándonos que somos dependientes de Dios. Cuando decimos que debemos adorar debemos entender que la adoración es donde mostramos nuestro respeto, temor, obediencia y dedicación a Dios.
Obediencia a Dios ya Su Palabra y Cumplimiento de Sus Mandamientos:
Deuteronomio 27:10 – Oirás, pues, la voz de Jehová tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos que yo te ordeno hoy. El Siervo está dispuesto a escuchar la voz de Dios, porque ama a su amo y se siente útil para trabajar en su favor. La obediencia a la palabra de Dios es la clave para un caminar cristiano victorioso. Pero, ¿no es difícil obedecer la palabra de Dios, hasta el punto de cumplir los diez mandamientos?
¿Cuáles son los diez mandamientos?
- «No tendrás dioses ajenos delante de mí». …
- «No te harás imágenes talladas». …
- «No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano». …
- “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. …
- «Honra a tu padre ya tu madre». …
- «No matarás». …
- «No cometerás adulterio». …
- «No robarás».
- «No darás falso testimonio contra tu prójimo.»
- «No codiciarás».
Los diez mandamientos del Señor son exactamente todos los mencionados anteriormente. Pero, ¿cómo cumplir los diez mandamientos en estos días?
Alguien le preguntó una vez a Jesús, maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?
Mateo 22:37-40 – Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento. Y el segundo, semejante a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Ahora observa que la primera es amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Junto con la segunda, que consiste en amar a tu prójimo como a ti mismo.
Aquí tenemos la clave para cumplir los diez mandamientos, porque el que ama al Señor Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente, y ama a su prójimo como a sí mismo.
- ¿Habrá otros dioses? ¿No
- harás para imágenes talladas?No
- tomaréis el nombre del Señor Dios en vano? ¿No
- te acuerdas del día del Señor, para santificarlo?Honrar
- a tu padre y a tu madre? Sí
- ¿Matarás?No se
- manipulará?No
- robarás? No
- ¿Darás falso testimonio contra tu prójimo?No
- codiciarás? No
Amor:
Ser siervo de Dios implica directamente amar, pues si no somos capaces de amar a nuestros semejantes a los que vemos, ¿cómo vamos a amar al Dios que no vemos?
1 Corintios 13:1-4 – Aunque yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, sería como metal que resuena o campana que retiñe. Y aunque tenga el don de profecía, y sepa todos los misterios y todo el conocimiento, y aunque tenga toda la fe, como para trasladar montañas, y no tenga amor, nada soy. E incluso si repartiera toda mi fortuna para mantener a los pobres, y aunque diera mi cuerpo para ser quemado, y no tuviera amor, nada de eso me beneficiaría. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no es envidioso; el amor no trata a la ligera, no se envanece.
Entendemos del versículo anterior cuán importante es el amor. Aunque habláramos en lenguas de ángeles y de hombres, aunque profetizaran, y aun hasta el punto de dar toda su fortuna a los pobres o llegar al punto de ser asesinados, sin amor, nada, nada de esto habría valor.
En otras palabras, cuando lo hacemos con amor, no esperamos reconocimiento ni gloria, no queremos hacer algo para nuestro propio beneficio. tenemos como base: Mateo 6:1-4 – Guardaos de hacer vuestra limosna delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa con vuestro Padre que está en los cielos.
Por tanto, cuando des limosna, no hagas sonar la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser glorificados por los hombres. De cierto os digo que han recibido su recompensa.
Pero cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
para que vuestra limosna sea dada en secreto; y vuestro Padre que ve en lo secreto os recompensará públicamente.
El Señor nos advierte que tengamos cuidado y que nunca hagamos buenas obras en público, para ser admirados por los demás, porque cuando hacemos esto no recibimos la recompensa de su Padre, que está en los cielos.
Debemos ayudar a los necesitados, pero cuando decidimos ayudar a alguien, nunca debemos actuar como aquellos que hacen un movimiento para ser alabados por los demás. Quien haga esto no recibirá otra recompensa que esta, porque ya ha recibido su “gloria” en esta tierra.
Cuando ayudamos a alguien que lo necesita, no debemos dejar que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha, es decir, no es necesario que la red social, los vecinos, los periódicos lleguen a saber lo que has logrado en la vida de alguien. Dios mira nuestras acciones en secreto y cuando ayudamos a alguien en secreto, Dios nos recompensará.
Juan 13:34 – Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Cuando tomamos la sabia decisión de aceptar a Jesús como Salvador y convertirnos en siervos de Dios, tenemos el deseo de estar donde Dios quiere que estemos, seguimos cada paso suyo incansablemente, porque sabemos que Dios nos honrará. Juan 12:26 – El que me sirve, que me siga; y donde yo estuviere, también estará mi siervo. Al que me sirve, mi Padre lo honrará.
Dios honrará a sus siervos y tiene una recompensa para cada uno, así que sirvan a Dios, no sean uno más, sino sean el mejor servidor, porque nuestra recompensa no está en la tierra, sino que viene de Dios, el autor y consumador de nuestra ¡fe!