Dios Creó el Infierno para Castigar a Satanás y a Sus Seguidores
Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. (Marcos 9:44, RV60)
Dios creó el infierno para castigar a Satanás y a todos sus seguidores. El infierno es un lugar de tormento, reservado para todos los que viven una vida en oposición a la voluntad de Dios. No es el deseo de Dios que este lugar de tormento sea el destino del hombre.
Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? (Ezequiel 33:11, RV60)
Dios no se complace en la muerte del impío, porque el destino de esta alma es el infierno y el corazón de Dios se entristece mucho. Si el impío se convierte de sus malos caminos, el Señor se alegra, porque esa alma vivirá, no hablamos solo en esta tierra, sino que cuando muera vivirá eternamente en la gloria con Él.
La Muerte Preciosa de los Santos Ante Dios
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. (Salmos 116:15, RV60)
Debemos comprender que la muerte del justo es valiosísima para Dios, porque es la ocasión en que los suyos son liberados de todo mal. La muerte es el momento en que los justos son llevados victoriosamente de esta vida terrena al cielo, donde allí verán al Señor Jesucristo como Él es.
¿Existe el Infierno? La Biblia lo Confirma con Claridad
¡Sí, el infierno existe! ¡La Biblia tiene numerosos versículos que lo explican con gran claridad!
El Infierno: Lugar de Llanto y Crujir de Dientes
Allí será el lloro y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. (Lucas 13:28, RV60)
El Infierno Es un Lugar de Dolor Eterno
Por tanto, si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que con las dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar en la vida cojo, que con los dos pies ser echado al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un solo ojo, que con dos ojos ser echado al infierno, donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. (Marcos 9:43-49, RV60)
Reservado para los que se Olvidan de Dios
Los impíos serán trasladados al Seol; todas las gentes que se olvidan de Dios. (Salmos 9:17, RV60)
¡Desde el infierno es posible ver la gloria que existe en el cielo y desde el cielo no es posible avistar la tristeza que existe en el infierno!
Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. (Lucas 16:23, RV60)
Jesucristo Vino a Librar al Hombre del Infierno y de la Muerte
Como ya habíamos publicado en otro estudio, el ser humano se alejó de la gloria de Dios debido al pecado original. Jesucristo vino al mundo para que nuestros pecados fueran perdonados, y así tuviéramos nuevamente la oportunidad de entrar en los cielos.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16, RV60)
Dios amó al mundo de tal manera que Él envía a su único Hijo para que pudiéramos tener derecho a la vida eterna. Todo aquel que cree en Jesucristo tiene la vida eterna, porque cuando creemos en el Señor Jesucristo, obedecemos sus mandamientos y su palabra.
La misericordia y el amor de Dios están disponibles para todo aquel que desee recibirlo como único y suficiente Señor y Salvador. Abandonamos nuestros malos caminos para seguir un camino nuevo según la voluntad del Señor. Y el Señor nos libra de la condenación del infierno, haciéndonos herederos de los cielos y garantizándonos la vida eterna.
Pues grande es tu misericordia para conmigo, y has librado mi alma del Seol profundo. (Salmos 86:13, RV60)
El Enemigo Lucha para Llevar Almas al Infierno
El enemigo lucha diariamente para llevar a miles y miles de personas al infierno. A través de las obras de la carne y todo aquel que vive en tales prácticas no heredarán el reino de los cielos.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21, RV60)
Por eso debemos buscar producir los frutos del Espíritu, es decir, solamente produciendo buenos frutos alcanzaremos el reino de los cielos.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. (Gálatas 5:22-26, RV60)
Todas las veces que desobedecemos a Dios somos alejados de su gloria y cuanto más nos alejamos de la gloria de Dios, más caminamos hacia el infierno. El enemigo de nuestras almas está rugiendo como león buscando a quien devorar, por este motivo acepte a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida.
Produzca los frutos del Espíritu, abandone las viejas prácticas, ande en los caminos de Dios y permita que Jesús pueda guiar su vida por completo. Solamente acercándose a Dios su alma será salva del fuego del infierno.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6, RV60)