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Estudios bíblicos

¿Cómo Hacer una Oración?

by Ministério Veredas Do IDE octubre 28, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

Muchos se preguntan: ¿cómo hacer una oración? En primer lugar, debemos entender que la oración es una petición dirigida a Dios.

Para hacer una oración, necesitamos tener fe, es decir, debemos estar confiados de que Dios está atento a nuestra oración.

Atenderá la oración del menesteroso, y no despreciará su oración. (Salmos 102:17)

Existen varios modelos que nos enseñan cómo hacer una oración, y describiremos las formas más simples de hablar con Dios diariamente.

Primer Modelo: La Oración del Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo; el pan nuestro de cada día dánoslo hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos metas en tentación; mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén. (Mateus 6:9-13)

Escucha la oración del Padre Nuestro y suscríbete a nuestro canal. Oración Padre Nuestro Mateo 6:9

Este es el modelo de oración más simple y también el modelo que nuestro Señor Jesucristo dejó como ejemplo para cada uno de nosotros.

Segundo Ejemplo: Una Oración Simple y Personal

En este segundo ejemplo, utilizaremos también una forma simple de hablar con Dios. Donde expresaremos lo que deseamos, como si estuviéramos hablando respetuosamente con una persona.

Señor Dios Todopoderoso, sé que soy pequeño, pero vengo a tu grandiosa presencia. En primer lugar, agradecer por todo.

Vengo aquí también, oh Dios, a expresar mis necesidades delante de ti, pues soy enteramente dependiente de tus cuidados.

El Señor conoce todas mis necesidades, así como mis aflicciones. Ahora, pongo en tus manos mis aflicciones, necesidades, a mi familia, a mis hijos y a todos los que me rodean.

También pido al Señor que bendiga mi salud, mi vida sentimental, mi vida espiritual y haga en mí, oh Dios, tu querer y tu voluntad. En nombre de Jesús. ¡Amén!

Arriba tenemos un ejemplo simple de una oración, hecha de forma aleatoria, es decir, cuando exponemos a Dios todas nuestras necesidades.

Nota que esta oración se asemeja a un diálogo con una persona, y es exactamente eso, pues el Espíritu Santo de Dios está recogiendo todas nuestras oraciones y llevándolas hasta Dios.

¿Cómo Hacer una Oración si Nunca He Orado?

Tal vez te estés preguntando: ¿cómo hacer una oración si nunca he orado? Hablar con Dios y entrar en su presencia es algo más simple de lo que pueda parecer.

Dios no está interesado en si hablas bonito o no, si tu oratoria es buena o no, sino que Dios está interesado en oír las palabras más sinceras de tu corazón.

Si, en el momento en que hagas una oración, te da ganas de llorar, llora, pues Dios no resiste a un corazón quebrantado y contrito, y él mismo enjugará todas las lágrimas de nuestro rostro.

La oración puede ser hablada o hecha en silencio, y cuanto más hables con Dios, más intimidad tendrás con él.

La oración tiene poder para hacer desaparecer la enfermedad, para que las personas sean liberadas y para hacer que lo difícil se vuelva posible.

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mateus 21:22)

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Estudios bíblicos

Daniel 3: Sadrac, Mesac y Abednego en el «valle de la sombra de muerte»

by Ministério Veredas Do IDE octubre 28, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

La Conexión con el Salmo 23

Sadrac, Mesac y Abednego nos hacen recordar el Salmo 23:4:

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. (Salmos 23:4)

La Estatua de Oro de Nabucodonosor

La historia de estos tres hombres de Dios comienza cuando el rey Nabucodonosor hace una estatua de oro de 27 metros de altura y 2,7 metros de ancho y la coloca en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.

El rey entonces envía mensajeros a todos los altos funcionarios, oficiales, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados, en fin, el comunicado fue enviado a todas las autoridades de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la estatua que Nabucodonosor había levantado.

La Biblia relata que todas estas autoridades vinieron y se colocaron delante de la estatua que el rey había levantado.

El Decreto Real y la Orden de Adoración

En un momento dado, el heraldo gritó: “¡Pueblos de todas las razas, naciones e idiomas, escuchen la orden del rey! Cuando oigan el sonido de la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, el salterio y de otros instrumentos musicales, postrense en el suelo para adorar la estatua de oro levantada por el rey Nabucodonosor. ¡Quien no obedezca será lanzado de inmediato al horno ardiente!”.

El rey Nabucodonosor ordenó a todos los pueblos, razas, naciones e idiomas que, al sonido de los instrumentos musicales, todos debían postrarse y adorar la estatua de oro que él mismo había levantado.

La Denuncia y la Negativa de los Judíos

Algunos de los astrólogos fueron al rey y denunciaron a los judíos, diciendo al rey que todos debían postrarse y adorar la imagen de oro cuando oyeran el sonido de la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, el salterio y de los otros instrumentos musicales.

Y lo que estaba propuesto en este decreto era que todo aquel que no obedeciera sería lanzado al horno ardiente. Algunos judíos, Sadrac, Mesac y Abed-Nego, a quienes el rey había encargado de la provincia de Babilonia, no dieron importancia al decreto del rey y se negaron a servir a los dioses y no adoraron la estatua de oro que el rey había levantado.

La Furia del Rey y la Segunda Oportunidad

El rey Nabucodonosor se enfureció y ordenó que trajeran a Sadrac, Mesac y Abed-Nego ante su presencia. Cuando ellos fueron conducidos a la presencia del rey, él les dijo: “Sadrac, Mesac y Abed-Nego, ¿es verdad que ustedes se niegan a servir a mis dioses y a adorar la estatua que levanté?”.

El rey entonces concede una oportunidad más para que los tres se postraran y adoraran la estatua que él había hecho. Si se negaban, serían entonces lanzados de inmediato al horno ardiente.

Nabucodonosor no entendía que Sadrac, Mesac y Abed-Nego servían a un Dios vivo y les propuso un desafío, diciendo:

¿Y qué dios será aquel que os libre de mis manos? (Daniel 3:15)

La Respuesta Fiel en el Valle de la Sombra de Muerte

Sadrac, Mesac y Abed-Nego, aun estando “en el valle de la sombra de muerte”, responden al rey diciendo:

No es necesario que te respondamos sobre este asunto. (Daniel 3:16)

Estos tres hombres de Dios aquí descritos comprendían que, si fueran lanzados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servían podría sí librarlos de las manos del rey, así como del horno de fuego ardiente.

E incluso si Dios no los anexara los librara del horno de fuego, ellos de la misma forma continuarían fieles a Dios, no adorando a los dioses ni a la estatua de oro que el rey había levantado.

La Orden de Lanzarlos al Horno

El corazón de Nabucodonosor en ese momento se llenó de furia contra Sadrac, Mesac y Abed-Nego, pues la Biblia describe que el rostro de Nabucodonosor en ese momento quedó desfigurado de rabia.

Entonces el rey ordenó que el horno fuera calentado siete veces más que de costumbre, seleccionó a los hombres más fuertes de su ejército para que ataran a Sadrac, Mesac y Abed-Nego y los lanzaran al horno ardiente.

Sadrac, Mesac y Abed-Nego fueron lanzados al horno completamente vestidos con túnicas, turbantes, mantos y otras ropas.

El Libramiento Divino en las Llamas

Aprendemos que en el momento en que estamos enfrentando el valle, Dios se muestra presente, enseñándonos que él está con nosotros.

Y, porque la palabra del rey era urgente, y el horno estaba extremadamente caliente, la llama del fuego mató a aquellos hombres que llevaron a Sadrac, Mesac y Abednego.

Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del horno de fuego ardiente. (Daniel 3:23)

Y, una vez que el rey, en su ira, había exigido un fuego tan caliente en el horno, a punto de que las llamas mataran a los soldados que arrojaron a los tres allí dentro.

Así, Sadrac, Mesac y Abed-Nego, atados, cayeron en las llamas intensas.

El Cuidado de Dios Antes Incluso de la Caída

Podemos observar que el libramiento ocurre antes incluso de que caigan dentro del horno de fuego, pues los hombres que llevaron a Sadrac, Mesac y Abed-Nego al horno murieron, porque la llama del fuego era tan intensa que no resistieron, pero Sadrac, Mesac y Abed-Nego permanecieron vivos, ya era el cuidado de Dios para con estos tres hombres.

El Cuarto Hombre en el Fuego

Y cuando caen en medio de las llamas intensas, Nabucodonosor se levanta con asombro y pregunta a sus consejeros:

¿No echamos nosotros en medio del fuego a tres hombres atados? Respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey. (Daniel 3:24)

Pues en ese momento Nabucodonosor ya no veía solo tres hombres, sino que veía cuatro hombres, y según lo que describirá, el cuarto hombre se parecía a un hijo de los dioses. Nabucodonosor entonces relata: “¡Veo cuatro hombres sueltos que andan en medio del fuego sin sufrir daño!”.

El rey Nabucodonosor quedó impactado con la escena que presenciaba, que intenta acercarse lo máximo posible a la puerta del horno, y habló, diciendo:

Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego. (Daniel 3:26)

El Milagro Visible para Todos

Cuando Sadrac, Mesac y Abed-Nego salieron de en medio del fuego del horno de fuego ardiente, los altos funcionarios, los oficiales, los gobernadores y los consejeros se juntaron alrededor de ellos y vieron que el fuego no los había tocado. Ni un cabello de su cabeza estaba chamuscado, y sus ropas no estaban quemadas. Ni siquiera tenían olor a humo.

La Exaltación del Dios Vivo

El nombre del Dios vivo en ese momento fue alabado por la boca de Nabucodonosor, que dice:

Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que ha enviado su ángel y ha librado a sus siervos que confiaron en él, y que han cambiado la palabra del rey y entregado sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que no sea su Dios. (Daniel 3:28)

El nombre del Señor solo fue engrandecido, pues Sadrac, Mesac y Abednego entendieron que pasar por el valle de la sombra de muerte significa: que si Dios quiere concedernos libramiento, no moriremos, pero si permite que muramos, ciertamente con él en la gloria estaremos.

La Lección de No Temer al Hombre

Sadrac, Mesac y Abed-Nego comprendían que Dios siempre estará por encima de todo, enseñándonos que jamás debemos temer al hombre.

Y no temáis a los que matan el cuerpo, y no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Mateo 10:28)

Después de pasar por los momentos del valle de la sombra de muerte, Sadrac, Mesac y Abed-Nego obtuvieron cargos aún más elevados en la provincia de Babilonia.

No debemos temer a la muerte o al daño que nos pueda causar el hombre, y sí entender que aunque vengamos a morir, todo aquel que muere con Cristo, aunque muera físicamente, ciertamente vivirá en la eternidad.

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proteção de Deus
Estudios bíblicos

Salmos 91: La Promesa de la Protección Divina

by Ministério Veredas Do IDE octubre 27, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

Seguridad en el Lugar Secreto del Altísimo

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. (Salmos 91:1, RVR1960)

Dios desea brindar seguridad a sus hijos y a todos aquellos que se colocan bajo su voluntad y protección omnipresente. En otras palabras, la protección divina está disponible en todo lugar para quienes buscan a Dios y permanecen constantemente en su presencia.

Habitar en el lugar secreto del Altísimo significa que, cuanto más nos acercamos a Dios y a su Palabra, más nos concede paz y liberación ante los peligros que nos rodean. Esta intimidad con el Señor trae descanso y seguridad.

Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. (Salmos 91:2, RVR1960)

El salmista, profundamente conectado con Dios, declara con convicción que el Señor es su refugio y fortaleza. Esta declaración revela una relación íntima, mostrando que Dios se acerca a aquellos que confían en Él.

Liberación de Trampas y Enfermedades

Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. (Salmos 91:3, RVR1960)

Solo Dios tiene el poder de librarnos de las trampas malignas de este mundo. Él demuestra su cuidado al protegernos de enfermedades mortales, garantizando seguridad en medio de los peligros.

Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. (Salmos 91:4, RVR1960)

El cuidado de Dios se compara con un ave que protege a sus crías bajo sus alas. Su fidelidad es nuestra armadura, un escudo que nos defiende de todo mal.

No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. (Salmos 91:5-6, RVR1960)

Cuando cultivamos intimidad con Dios, esta conexión nos hace tan confiados que ningún terror, sea de día o de noche, puede perturbarnos. La presencia divina disipa todo temor.

La Protección Inquebrantable de Dios

Caerán mil a tu lado, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. (Salmos 91:7-11, RVR1960)

El salmista describe la seguridad inquebrantable de aquellos que confían en Dios. Aunque muchos perezcan a nuestro alrededor, quienes hacen del Señor su refugio permanecerán protegidos. Dios envía a sus ángeles para guardarnos en todos nuestros caminos, asegurando que ningún mal ni plaga se acerque.

Victoria Sobre el Mal y Promesa de Liberación

En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y a la serpiente. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. (Salmos 91:12-14, RVR1960)

Dios promete liberación a quienes lo aman y confían en su poder. Nos capacita para vencer peligros, simbolizados por el león y la serpiente, y nos coloca en un lugar seguro porque conocemos y honramos su nombre.

Respuesta Divina y Vida Abundante

Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. (Salmos 91:15-16, RVR1960)

Cuando clamamos al Señor, Él escucha nuestro clamor y promete estar con nosotros en todo momento. En tiempos de dificultad, Dios nos rescata, nos honra y nos concede una vida larga y la salvación como recompensa por nuestra fidelidad.

Llamado a la Acción

Que podamos compartir esta palabra de fe con aquellos que aún no han tenido un encuentro con Dios. El mensaje de Salmos 91 nos invita a confiar en la protección divina y a vivir bajo la sombra del Altísimo.

Si este mensaje ha tocado tu corazón, haz dos cosas simples:

  • Deja un comentario para edificar nuestra fe.
  • Comparte en las redes sociales para que otras vidas sean impactadas por el poder de Dios.
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Como surgiu a morte
Estudios bíblicos

Génesis 2:16-17: ¿Cómo Surgió la Muerte? – Estudio Bíblico

by Ministério Veredas Do IDE octubre 27, 2025
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Desde tiempos antiguos, la muerte ha sido un enigma que nos fascina y atemoriza. Pero, ¿de dónde proviene este fenómeno llamado muerte? ¿Cuál es su origen? Según la Biblia, la muerte surgió debido a la desobediencia del hombre en el Jardín del Edén, como se describe en Génesis 2:16-17.

El Origen de la Muerte en el Jardín del Edén

En el principio, Dios creó un mundo perfecto donde el hombre vivía en armonía con la naturaleza y con Dios. Dios otorgó al hombre el libre albedrío, es decir, la capacidad de elegir. Es importante entender que, con el libre albedrío, somos capaces de tomar decisiones que influyen directamente en el curso de nuestras vidas, asumiendo la responsabilidad por ellas.

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. (Génesis 2:16-17, RVR1960)

El hombre tenía permiso para comer de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Sin embargo, desobedeció el mandamiento de Dios y comió del fruto prohibido, lo que trajo la muerte como consecuencia.

La Muerte como Consecuencia del Pecado

La muerte es una consecuencia directa de la separación entre el hombre y Dios. Cuando el hombre desobedeció, se separó de la fuente de la vida, que es Dios. La Biblia afirma:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23, RVR1960)

¿Por qué Dios impuso una consecuencia tan severa? ¿Por qué la desobediencia del hombre trajo la muerte no solo para él, sino para toda la humanidad? La respuesta está en la naturaleza santa y justa de Dios. Él es santo y justo, y el pecado no puede permanecer en Su presencia. La desobediencia rompió la comunión perfecta que el hombre tenía con Dios, haciendo de la muerte una consecuencia inevitable de esta separación.

La muerte no es solo una consecuencia individual, sino también una herencia que afecta a toda la humanidad. La Biblia explica:

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12, RVR1960)

La Esperanza de la Salvación en Cristo

A pesar de la realidad de la muerte, la Biblia señala la esperanza de la salvación. Dios prometió enviar un Salvador para restaurar la relación entre el hombre y Él, trayendo vida eterna. Esta promesa se cumplió en Jesucristo, quien vino al mundo para morir por nuestra desobediencia y resucitar para darnos vida eterna.

La muerte sigue siendo parte de nuestra realidad, pero ya no es el fin de la historia. La resurrección de Jesús derrotó a la muerte, y la Biblia asegura que todos los que creen en Él tendrán vida eterna. La creación será restaurada para la gloria de Dios, y la muerte será vencida para siempre.

Vida en Abundancia: El Propósito Original de Dios

La muerte es una realidad innegable de la existencia humana, pero no es el propósito para el cual fuimos creados. La Biblia enseña que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, colocado en el Jardín del Edén para vivir en comunión perfecta con Él. El hombre tenía acceso ilimitado a los recursos del huerto, excepto al árbol de la ciencia del bien y del mal.

Por lo tanto, la muerte no forma parte del propósito original de Dios para la humanidad. Es una consecuencia de la desobediencia, una ruptura en la relación perfecta con Dios. Aun así, Dios no abandonó Su creación. Proveyó un plan para restaurar la comunión con el hombre y ofrecer vida eterna a través de Su Hijo, Jesucristo.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10:10, RVR1960)

Esta vida abundante no se refiere solo a la eternidad, sino también a una vida plena y significativa aquí en la tierra. Jesús vino a liberarnos del poder del pecado y de la muerte, para que podamos vivir la vida que Dios planeó para nosotros.

¿Cómo Experimentar la Vida en Abundancia?

¿Cómo podemos vivir esta vida abundante? La respuesta está en Jesucristo. Al creer en Él como nuestro Señor y Salvador, somos reconciliados con Dios y recibimos la vida eterna. Además, recibimos el Espíritu Santo, quien nos capacita para vivir una vida plena.

El Espíritu Santo nos da fuerza para vencer el pecado y vivir según la voluntad de Dios. Nos concede dones espirituales para servir a Dios y a los demás, junto con la paz que sobrepasa todo entendimiento, incluso en medio de las dificultades de la vida.

octubre 27, 2025 0 comments
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Estudios bíblicos

Estudio sobre Romanos 8 – La Nueva Vida Bajo la Gracia

by Ministério Veredas Do IDE octubre 26, 2025
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En el estudio bíblico sobre Romanos 8, encontramos valiosas enseñanzas sobre cómo vivir una nueva vida bajo la gracia, marcada por la santidad y la adopción espiritual. Antes de avanzar, es fundamental comprender el significado de la gracia según la Biblia.

¿Qué es la Gracia Divina?

La gracia representa el favor incondicional e inmerecido de Dios hacia la humanidad. Es la expresión del amor divino manifestada en el perdón, la misericordia y la salvación ofrecida a todos, sin distinción. La gracia divina es un regalo que no puede ser conquistado por méritos humanos, sino que se concede gratuitamente como un acto de amor y bondad divina.

Por lo tanto, ahora no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. (Romanos 8:1, RVR1960)

El apóstol Pablo enseña que, alejados de la gracia de Cristo, llevamos una vida de miseria y derrota, convirtiéndonos en cautivos del pecado. En contraposición, cuando elegimos vivir en santidad, encontramos liberación de la condenación y victoria sobre el pecado. Esto solo es posible para el cristiano que mantiene una comunión constante con Dios.

La Importancia de la Comunión con Dios

Es esencial buscar diariamente la presencia del Señor, fortaleciendo la fe y la conexión espiritual. Al cultivar una vida de oración, estudio de la Palabra y práctica del amor al prójimo, nos acercamos a la gracia de Dios y nos alejamos de las trampas del pecado.

Como cristianos, debemos comprender que el camino de la fe es una caminata construida diariamente, en la cual el apoyo y la comunión con otros hermanos en la fe también desempeñan un papel fundamental. Así, al seguir las enseñanzas de Cristo y buscar la santidad, encontramos la verdadera libertad y alegría que provienen de la comunión con el Padre Celestial.

Al recibir al Espíritu Santo y permitir que Él nos guíe, nos liberamos de las cadenas del pecado y avanzamos hacia una nueva vida bajo la gracia y la glorificación en Cristo.

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que era imposible para la ley, por cuanto estaba debilitada por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:2-4, RVR1960)

La Ley del Espíritu de Vida

La ley del Espíritu de vida mencionada en Romanos 8:2-4 representa el poder y la vida del Espíritu Santo actuando en la vida de los hijos de Dios. Cuando el Espíritu Santo entra en nuestras vidas, somos liberados automáticamente del poder del pecado. La plenitud de la ley del Espíritu Santo se manifiesta cuando nos dedicamos a seguir sus orientaciones. Al comprometernos con la obediencia, percibimos un nuevo poder actuando en nosotros, capacitándonos para vencer el pecado.

Jesús nos liberó de la condenación del pecado y de la muerte. Sin embargo, al permitir que el pecado nos domine, nos convertimos en esclavos de él y volvemos a estar bajo la ley del pecado, sujetos a la muerte física y espiritual. Pero, cuando seguimos la ley del Espíritu Santo, somos conducidos a la vida eterna y alcanzamos la libertad.

Comprendamos que, al elegir vivir en conformidad con las enseñanzas de Jesús y permitir que el Espíritu Santo guíe nuestras acciones y actitudes, experimentamos esta nueva vida, es decir, una transformación interior que nos libera de las cadenas del pecado. En lugar de ser esclavos de nuestras debilidades e imperfecciones, somos fortalecidos por la gracia de Dios y encontramos el verdadero camino hacia la libertad y la vida abundante. Seguir los principios de Cristo, practicando el amor, la compasión y la bondad, nos hace verdaderamente libres para vivir en plenitud y en armonía con el propósito divino para nuestras vidas.

Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva gratuita de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23, RVR1960)

Las Consecuencias del Pecado y la Promesa de la Vida Eterna

Cuando la Biblia afirma que la paga del pecado es la muerte, nos advierte que las consecuencias de nuestras acciones no siempre son inmediatas, pero pueden manifestarse de maneras inesperadas y a menudo dolorosas. La «paga del pecado» puede entenderse como las repercusiones negativas de nuestras elecciones erradas, que afectan no solo a nosotros mismos, sino también a aquellos que nos rodean. Es un recordatorio para ser conscientes de nuestros actos y buscar siempre el camino de la rectitud y el amor al prójimo.

Romanos 6:23 nos alerta no solo sobre la muerte física, sino también sobre la muerte espiritual, pues el pecado nos separa de Dios, dejándonos perdidos, vacíos y extremadamente vulnerables a las trampas del enemigo. Sin embargo, es importante recordar que la redención y el perdón están siempre a nuestro alcance. Así como la primavera sucede al invierno, la esperanza y la renovación pueden florecer en nuestras vidas, trayendo luz y calor incluso en los momentos más oscuros. Reconociendo nuestros errores, buscando el perdón divino, fortaleciendo la fe y perseverando, podemos superar cualquier obstáculo y encontrar el camino de regreso a la presencia de Dios.

Cuando el Espíritu Santo tiene plena libertad para habitar, obrar y regir nuestra vida, se genera en nosotros la capacidad de vivir una vida de temor y obediencia a Dios, cumpliendo su ley. Esto revela la presencia de la justicia y la santidad divina.

Viviendo en Dualidad: Carne versus Nueva Vida Bajo la Gracia

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. (Romanos 8:5-14, RVR1960)

Vivir Según la Carne

Vivir según la carne implica desear y satisfacer los deseos pecaminosos inherentes a la naturaleza humana. Esto incluye encontrar placer y ocuparse de estos deseos, que abarcan no solo fornicación, adulterio, odio, ambición, egoísmo, ira, resentimiento y otras actitudes similares, sino también vicios como la pornografía, las drogas, el placer emocional y mental en escenas de sexo o cosas similares.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21, RVR1960)

Nueva Vida Bajo la Gracia

Vivir una nueva vida bajo la gracia significa vivir en obediencia y sumisión a los deseos del Espíritu Santo. Es esencial enfocarse en la voluntad de Dios y recordar constantemente que estamos siempre en Su presencia, siendo asistidos por Él en todo momento.

Al vivir conforme al Espíritu, encontramos paz y dirección para nuestras vidas. Seguir los deseos del Espíritu Santo nos lleva a tomar decisiones más sabias y a actuar con amor y compasión en nuestras interacciones diarias. Es un camino de crecimiento espiritual y fortalecimiento de nuestra fe, que nos permite experimentar la plenitud de la vida en comunión con Dios.

¿Es Posible Obedecer a la Carne y al Espíritu?

¡La respuesta es no! Es imposible satisfacer simultáneamente los deseos de la carne y los deseos de Dios. Cuando cedemos a los deseos de la carne y nos entregamos al pecado, nos convertimos en enemigos de Dios, lo que puede llevar a la condenación eterna.

La santidad es uno de los atributos de Dios que se manifiesta en Su pureza, perfección e infinita bondad. La santidad de Dios es la esencia de Su naturaleza divina, reflejando Su absoluta separación del mal y Su inmaculada perfección. Dios desea que, así como Él es santo, busquemos una vida de santidad para vivir en armonía y comunión con Él. La búsqueda de la santidad nos permite crecer espiritualmente y acercarnos a la esencia divina. Al cultivar virtudes como el amor, la compasión, la gratitud y el perdón, presentes en Gálatas 5:16-26, nos volvemos más semejantes a Dios. Al seguir este camino, no solo nos acercamos a Dios, sino que también ayudamos a construir un mundo mejor, lleno de paz y amor, donde las personas a nuestro alrededor puedan ver a Dios en nuestras vidas a través de nuestras acciones y estilo de vida.

Cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, el Espíritu Santo comienza a habitar en nosotros. Hay una batalla constante contra todo lo que busca restringir la obra de Dios en nuestras vidas. El enemigo trabaja incansablemente para alejarnos de la presencia del Espíritu Santo, con el fin de atraernos de vuelta a un estilo de vida pecaminoso, buscando retomar el control sobre nosotros.

Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oíros. (Isaías 59:2, RVR1960)

En la batalla espiritual contra Satanás, es esencial estar preparados para vencer nuestras pasiones y deseos terrenales, resistiendo las tentaciones que llevan al pecado y siguiendo los designios de Dios. Si persistimos en prácticas pecaminosas como fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías, entre otras, estaremos caminando hacia la muerte espiritual al alejarnos de la comunión con Dios.

Cuando optamos por no luchar contra las inclinaciones del pecado, pasamos automáticamente de la vida espiritual a la muerte espiritual, es decir, perdemos el derecho a la vida eterna que recibimos al aceptar a Jesús. Sin embargo, es importante recordar que siempre podemos buscar el perdón y la redención a través del arrepentimiento sincero y la búsqueda de una vida más alineada con las enseñanzas de amor y compasión de Jesús. El camino de la fe y la renovación espiritual está siempre abierto para aquellos que desean reconciliarse con Dios y seguir en la carrera de la fe.

La Adopción Espiritual y la Herencia Divina

Ser guiados por el Espíritu Santo asegura nuestra salvación, al vivir en total santificación, separándonos y resistiendo los deseos pecaminosos del cuerpo y del mundo. Además de convertirnos en hijos de Dios al seguir la guía del Espíritu Santo, Él comienza a residir en nosotros, guiando nuestros pensamientos, acciones y palabras de acuerdo con los mandamientos divinos.

Todos nuestros impulsos son dirigidos por el Espíritu Santo, suprimiendo las obras pecaminosas, pues vivimos no según nuestros deseos, sino de acuerdo con la voluntad de Dios. Ser guiados por el Espíritu Santo significa recibir exhortación y advertencia, y debemos perseverar en la fe, resistiendo la apostasía de la fe en Cristo.

Solo cuando estamos en total comunión con la Palabra de Dios podemos escuchar al Espíritu Santo. Por eso, es crucial mantener una vida de oración y búsqueda constante de Dios. Para fortalecer la fe, es esencial buscar enseñanzas saludables que estén alineadas con la Palabra de Dios. Debemos practicar las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestro camino de fe, pues serán el fundamento y la estructura para nuestra caminata espiritual.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que también seamos glorificados con él. (Romanos 8:15-17, RVR1960)

La Realidad del Sufrimiento en la Vida Cristiana

Podemos comprender que vivir en el Espíritu Santo no es solo un camino de facilidades. Así como el Señor Jesucristo sufrió, nosotros, como sus seguidores, también estamos sujetos a experimentar momentos de alegría y sufrimiento.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. (Mateus 5:10-11, RVR1960)

Es importante recordar que, incluso ante las adversidades, nuestra fe y perseverancia nos fortalecen para vivir bajo la gracia y enfrentar los desafíos que surgen en nuestro camino. Como Jesús nos enseñó, la firmeza en nuestros principios y la confianza en la justicia divina nos guían hacia la superación de las tribulaciones. Por lo tanto, al enfrentarnos a momentos de dificultad, debemos recordar las palabras del Señor y mantener nuestra esperanza y amor inquebrantables. Porque, como se prometió, la recompensa de aquellos que permanecen fieles es el reino de los cielos. Que podamos seguir el ejemplo de Cristo, viviendo con compasión y perdón, incluso ante las pruebas que la vida nos presenta.

Sufrimos en el camino de la fe porque somos de Dios, hacemos Su voluntad y aborrecemos el mundo por ser diferentes.

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Abraao e isaque
Estudios bíblicos

Génesis 22:7 – La Fe Inquebrantable de Abraham y el Sacrificio de Isaac

by Ministério Veredas Do IDE octubre 26, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

En los albores del Antiguo Testamento, en Génesis 22, encontramos una de las historias más profundas e impactantes de la Biblia: el relato del sacrificio de Isaac. Este episodio no solo revela las complejidades de la fe y la obediencia, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestros propios valores y compromisos.

La Llamada de Dios a Abraham

La narrativa comienza cuando Dios le pide a Abraham, conocido como el padre de la fe, un sacrificio aparentemente incomprensible: ofrecer a su único hijo legítimo, Isaac, el hijo de la promesa, como holocausto. Abraham, a pesar del dolor y la confusión, decide obedecer, demostrando una fe inquebrantable y una devoción profundamente sincera hacia Dios.

Este evento, lleno de drama y tensión, va más allá de una simple historia. Es un viaje emocional que explora los límites de la fe y la obediencia, cuestionando el verdadero significado de creer y confiar en Dios. Nos recuerda que, a veces, la fe requiere que nos aferremos a Dios, incluso cuando no comprendemos Su plan o propósito.

La Profundidad de la Fe de Abraham

Al analizar el sacrificio de Isaac, nos adentramos en las profundidades de la fe de Abraham, examinamos la importancia de este acontecimiento en la historia bíblica y reflexionamos sobre las lecciones que podemos aplicar en nuestra propia jornada de fe. Prepárate para una experiencia emocionante y transformadora a través de una de las narrativas más impactantes de la Biblia.

Cuando Dios pidió el sacrificio de Isaac, reveló Sus formas únicas de actuar. Aunque no siempre comprendamos los designios de Dios, Él siempre honra a aquellos que demuestran fe y confianza total, recompensándolos generosamente en el futuro.

¿Quién Fue Isaac?

Según la Biblia, Isaac fue el hijo de la promesa hecha a Abraham.

«Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él dijo: Aquí en la tienda. Entonces dijo: De cierto volveré a ti el año próximo por este tiempo, y he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo.» (Génesis 18:9-10, RVR1960)

Sara, escuchando desde la puerta de la tienda, se rió, pues tanto ella como Abraham eran ancianos y habían pasado la edad de tener hijos.

«Y Sara se rió dentro de sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?» (Génesis 18:12, RVR1960)

Inicialmente, Sara no podía creer la promesa hecha a la pareja anciana en ese momento.

«Entonces el Señor dijo a Abraham: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz, siendo ya vieja? ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.» (Génesis 18:13-14, RVR1960)

A los ojos humanos, Dios realiza hazañas inexplicables. Al ver a Sara concebir a Isaac a los 90 años, entendemos que nada es imposible para Dios. El nombre Isaac, que significa “él ríe” o “él sonríe”, refleja la risa de Sara. Dios cumplió Su promesa, otorgando a Abraham y Sara el hijo prometido, exactamente como lo había dicho.

El Tiempo de la Promesa

«Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.» (Eclesiastés 3:1, RVR1960)

El libro de Eclesiastés destaca la importancia del tiempo para todas las cosas, enseñando que nada escapa al control divino. Toda promesa tiene su momento para cumplirse.

Tal vez te identifiques con Abraham y Sara, preguntándote cómo se cumplirán las promesas divinas después de tanto tiempo. Ten la certeza de que Dios está actuando en tu vida hoy, asegurando que las promesas hechas no serán olvidadas.

Así como ocurrió en la vida de Abraham y Sara, también ocurrirá en tu vida: verás la promesa cumplida. El hijo prometido nació, y podemos imaginar la inmensa felicidad que Abraham y Sara sintieron al sostener a Isaac en sus brazos. Isaac fue el único hijo de Abraham con Sara, y la Biblia resalta el profundo amor de Abraham por él.

La Petición de Dios

Entonces, Dios “pide de vuelta la promesa”, solicitando a Abraham que ofrezca a Isaac como sacrificio.

«Y dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.» (Génesis 22:2, RVR1960)

Moriah significa “ordenado/considerado por Dios”. Imagina el estado del corazón de Abraham en ese momento, mientras comenzaban los preparativos para el sacrificio.

A la mañana siguiente de la petición de Dios, Abraham se levanta de madrugada, prepara su asno, lleva a dos de sus criados y a Isaac, su hijo. La leña para el holocausto estaba lista, y Abraham se dirige al lugar indicado por Dios.

El Viaje de la Fe

Tras tres días de viaje, Abraham divisa el lugar del sacrificio.

«Y al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.» (Génesis 22:4, RVR1960)

Este pasaje nos muestra que solo aquellos con la misma intimidad de fe acompañan el sacrificio. A veces, las personas a nuestro alrededor no comprenden los planes de Dios como nosotros, o aún no están preparadas.

«Y Abraham dijo a sus criados: Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.» (Génesis 22:5, RVR1960)

Abraham nos enseña a llevar solo a aquellos que comparten la misma visión sobrenatural al sacrificio, aquellos que comprenden las cosas incomprensibles de Dios. Los criados no entendían lo que solo Dios y Abraham sabían.

Tras divisar el monte Moriah, Abraham pide a sus criados que esperen con el asno. Estaba confiado en que Dios actuaría, como expresó: “Yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos.” Observa el uso del plural en “volveremos”, indicando que Abraham creía que ambos regresarían, pues Dios cumple Su palabra.

«No es hombre Dios, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Acaso ha dicho, y no hará, o hablado, y no lo confirmará?» (Números 23:19, RVR1960)

«Y me dijo el Señor: Bien has visto, porque yo velo sobre mi palabra para cumplirla.» (Jeremías 1:12, RVR1960)

La Pregunta de Isaac

En el camino, Isaac nota que falta algo.

Leña: esencial en la iglesia y en nuestras vidas, pues es el combustible que genera brasas, asegurando que el fuego no se apague. Fuego: vital para mantener nuestras lámparas encendidas y calentarnos en la presencia de Dios. Cuchillo: listo para cortar las raíces del pecado.

Isaac se da cuenta de que falta el cordero, revelando su comprensión de los rituales de sacrificio y llevando la fe de Abraham a un nivel extremo.

«Y habló Isaac a Abraham su padre, y le dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?» (Génesis 22:7, RVR1960)

La Respuesta de Abraham

Abraham e Isaac caminan en silencio. Isaac rompe el silencio con una pregunta que toca el corazón de Abraham. En ese momento, Abraham probablemente alzó los ojos al cielo y, guiado por su fe, encontró el valor para responder.

«Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.» (Génesis 22:8, RVR1960)

Abraham e Isaac llegan al lugar indicado por Dios. Abraham construye el altar, organiza la leña, ata a Isaac y lo coloca sobre el altar.

El Sacrificio y la Provisión de Dios

En el camino de la fe, habrá momentos en los que necesitemos sacrificarnos. El sacrificio no siempre implica renunciar a algo que amamos. A veces, sacrificamos nuestra comodidad para ayudar al prójimo o renunciamos a deseos inmediatos por un propósito mayor.

Isaac no se niega a ser el sacrificio, enseñándonos que Dios puede exigirnos que ofrezcamos lo mejor de nosotros, incluso a costa de nuestra propia vida.

Abraham extiende su mano, toma el cuchillo para sacrificar a Isaac, y en ese momento, el ángel del Señor interviene.

«Entonces el ángel del Señor le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.» (Génesis 22:11-13, RVR1960)

Dios proveyó un carnero, y Abraham lo ofreció como holocausto en lugar de su hijo. Abraham no mató a Isaac físicamente, pero lo sacrificó en su corazón, enseñándonos que nada debe ocupar el lugar de Dios en nuestras vidas.

La Bendición de Abraham

Abraham nos muestra que, si es necesario, debemos saber recibir y devolver a Dios. Devolver nunca es fácil, pero Dios tiene Sus propósitos. Por no negar a su hijo, Abraham es grandemente bendecido.

«De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. Y volvió Abraham a sus criados, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.» (Génesis 22:17-19, RVR1960)

Nunca debemos negarle nada a Dios, pues Él prueba lo que más valoramos. Como Abraham, debemos confiar: si Dios pide, Él proveerá; si promete, cumplirá. Si pide de vuelta, está probando nuestra fe y fidelidad.

Comparte el mensaje de fe con aquellos que aún no han encontrado a Dios. Si este contenido te inspiró, te pedimos dos cosas:

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Estudios bíblicos

Proverbios 22:6 – Padres e Hijos: Una Crianza Bajo las Bendiciones de Dios

by Ministério Veredas Do IDE octubre 24, 2025
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Vivimos tiempos desafiantes en los que los niños, adolescentes y jóvenes enfrentan constantes tentaciones del enemigo de nuestras almas. Este adversario actúa de diversas maneras, induciendo a nuestros hijos a experimentar y involucrarse con los «placeres» del pecado a través de múltiples influencias. Nuestros niños y jóvenes están inmersos en un mundo de influenciadores que, a menudo, socavan los valores éticos y morales.

Sin embargo, como adultos responsables, nos corresponde orientar, educar y proteger a esta nueva generación. Debemos ser ejemplos de rectitud, amor y comprensión, mostrándoles el camino de la verdad y la bondad. Es fundamental dialogar abiertamente, sin juzgar, para comprender sus angustias y desafíos, ofreciendo apoyo incondicional y una guía firme. Juntos, podemos fortalecer los lazos familiares y crear un entorno seguro y acogedor donde la luz de la esperanza y el amor prevalezca sobre las sombras de la tentación.

El Desafío de Criar y Educar con Sabiduría

Criar y educar a un hijo en la actualidad es, sin duda, un gran desafío. A través de la sabiduría divina, encontramos orientaciones valiosas que nos ayudan en la educación de nuestros hijos, enseñándoles que la corrección es una parte esencial de sus vidas. Reflexionemos sobre el siguiente versículo:

Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6, RVR1960)

Un aspecto crucial es educar a nuestros hijos desde temprana edad, ya que el conocimiento adquirido en la infancia los acompañará en la vida adulta. En este contexto, los padres tienen la responsabilidad de dedicarse a la enseñanza y la disciplina de manera que agrade a Dios.

La Importancia de Enseñar Valores Espirituales

Como padres, debemos dedicar tiempo a enseñar a nuestros hijos el camino para acercarse a Dios. Enseñar valores espirituales y fomentar esta conexión desde temprano es fundamental para su desarrollo. Además, demostrar amor, compasión y empatía a través del ejemplo fortalece estos lazos. Al compartir estas enseñanzas, construimos una base sólida de valores que los acompañarán toda la vida. El poder del ejemplo y la espiritualidad cultivada en la familia son esenciales.

En hebreo, «instruir» implica dedicación. Cuando enseñamos, también aprendemos. Este acto de compartir conocimiento y experiencias enriquece no solo la mente, sino también el alma. Por lo tanto, al instruir, cultivamos un profundo sentido de conexión y crecimiento mutuo. Que siempre enseñemos con amor y sabiduría.

Enseñando la Palabra de Dios

Promover la enseñanza bíblica en el hogar es esencial para acercar a nuestros hijos a Dios. Su unión y apoyo en su relación con Dios los protegerá de las influencias malignas del mundo. Enseñarles a buscar una conexión íntima con Dios los fortalece contra las influencias negativas. No basta con llevarlos a la iglesia o decir que Jesús es bueno; debemos guiarlos hacia una relación personal con Dios.

Desde la infancia, los niños deben comprender el amor de Dios y vivir experiencias espirituales significativas. La historia de Samuel lo ilustra claramente:

Y Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí dijo: Yo no he llamado; vuélvete a acostar. Y él se fue y se acostó. Y Jehová volvió a llamar a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él respondió: Hijo mío, yo no he llamado; vuélvete a acostar. Mas Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó a Samuel por tercera vez. Y él se levantó, y vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces Elí entendió que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así fue Samuel y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Y Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. (1 Samuel 3:4-10, RVR1960)

Samuel solo comprendió que Dios le hablaba después de ser instruido por Elí. Nuestros hijos solo se acercarán a Dios cuando les enseñemos el camino.

Corrección con Amor y Sabiduría

La corrección debe realizarse siempre que sea necesario, de manera constructiva y respetuosa, buscando el bienestar del niño. La comunicación clara y empática es esencial para garantizar que la corrección sea efectiva y contribuya al crecimiento. Errar es humano, y corregir es parte del proceso de evolución.

El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. (Proverbios 13:24, RVR1960)

La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él. (Proverbios 22:15, RVR1960)

Cuando se aplica con sabiduría, amor y equilibrio, la corrección ayuda al niño a entender que los comportamientos inadecuados tienen consecuencias. Los padres deben estar atentos al comportamiento de sus hijos, utilizando métodos de corrección positivos que promuevan un crecimiento saludable. Los castigos deben ser proporcionales al error, siempre buscando el aprendizaje y el fortalecimiento del vínculo familiar.

La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. (Proverbios 29:15, RVR1960)

La disciplina es esencial para evitar que los hijos sigan caminos perjudiciales. La corrección, cuando se realiza con amor, paciencia y comprensión, enseña sin humillar. Los niños necesitan sentirse seguros para expresar sus emociones, y los padres deben ser ejemplos de conducta y respeto.

La Promesa de la Corrección

Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará delicias a tu alma. (Proverbios 29:17, RVR1960)

La corrección trae tranquilidad a los padres, ya que un hijo bien guiado se convierte en una persona honorable, trayendo alegría al hogar. Dios también nos corrige por amor:

Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. (Hebreos 12:6, RVR1960)

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. (Hebreos 12:11, RVR1960)

Aunque la corrección pueda ser difícil, produce frutos de justicia y vida. La consistencia es crucial: si los padres prometen consecuencias, deben cumplirlas, para que el niño aprenda a respetar las reglas y desarrolle responsabilidad.

Siguiendo los Mandamientos de Dios

Enseñar a los hijos a seguir los mandamientos de Dios es esencial para protegerlos del pecado:

Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti. (Proverbios 2:1, RVR1960)

Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre; átalos siempre en tu corazón, cíñelos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas, te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen. (Proverbios 6:20-23, RVR1960)

La disciplina guía a los niños hacia la vida, ayudándolos a enfrentar desafíos con constancia y determinación. Enseñarles a guardar la palabra de Dios los lleva a vivir de manera sabia y justa.

Bendiciendo a Nuestros Hijos

Los hijos son bendiciones del Señor:

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. (Salmos 127:3, RVR1960)

Nuestras palabras tienen poder. Bendecir a nuestros hijos y profetizar bendiciones sobre sus vidas es esencial para que sean agraciados por Dios. ¿Por qué no reflexionar sobre cuántas veces hoy bendijiste a tu hijo con palabras de aliento, un abrazo o un momento especial? Estos gestos fortalecen la relación y muestran un amor incondicional.

Conclusión: Un Compromiso con la Educación Espiritual

Dios espera que los padres se comprometan con la crianza de sus hijos, guiándolos hacia Su camino. Los hijos son un regalo divino, y es responsabilidad de los padres cuidarlos con dedicación, enseñándoles a depender del Señor y vivir Sus mandamientos. Que los bendigamos constantemente, los guiemos con amor y los preparemos para el propósito que Dios tiene para ellos.

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O poder da Oração
Estudios bíblicos

Oración de Sanación: Clamando el Poder de Dios

by Ministério Veredas Do IDE octubre 24, 2025
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Que podamos clamar a Dios por Su poder de sanación. En este momento en que sufrimos enfermedades, es esencial poner nuestra fe en acción, pidiendo a Dios que intervenga con Su poder sanador en nuestras vidas.

Invito a todos a interceder ante Dios con las sencillas palabras que siguen a continuación.

Una Oración de Fe e Intercesión

Dios grandioso, Todopoderoso, en este momento unimos nuestra fe, entrando en Tu presencia, Padre. Te pido ahora por esta persona que enfrenta una enfermedad.

¡Dios, interviene con Tu poder para sanarla ahora!

Señor, visita este corazón, sana este cáncer, depresión, tristeza, dolores. Sana toda enfermedad ahora, en el nombre del Señor Jesús. Derrama Tu sanación y refrigerio sobre esta persona, en el nombre de Jesús. Amén.

| Y todo lo que pidiereis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pidiereis alguna cosa en mi nombre, yo la haré. (Juan 14:13-14, RVR1960)

Reflexión: La Fuerza de la Fe en la Sanación

La oración de sanación es un acto de confianza en el amor y el poder de Dios. Como nos enseña Juan 14:13-14, cuando oramos con fe, somos invitados a creer que Dios escucha nuestras súplicas. ¿Por qué no unir tu voz a esta oración y confiar en la restauración que viene de lo Alto? Sigue buscando a Dios con fe, pues Él es el Médico de médicos.

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Fuerza en la Debilidad: El Camino Cristiano de Superación

by Ministério Veredas Do IDE octubre 23, 2025
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«Cuando estoy débil, entonces soy fuerte.» El camino cristiano está lleno de fases distintas. En ciertos momentos, experimentamos la plenitud de la gloria, la gracia y el poder de Dios, sintiéndonos fortalecidos. En otros, atravesamos períodos de desierto que nos llevan a sentirnos débiles o sin fuerzas para continuar.

El Desierto Espiritual y la Promesa de Fuerza

Al recorrer el desierto espiritual, a veces sentimos como si estuviéramos en un automóvil con muy poca gasolina, incapaces de seguir el viaje. El enemigo de nuestras almas intenta convencernos de que seremos destruidos por la sequedad del desierto y que Dios nos ha abandonado. Sin embargo, el apóstol Pablo nos recuerda:

Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por amor de Cristo; porque cuando estoy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:10, RVR1960)

Este poderoso pasaje bíblico nos enseña que, incluso ante las dificultades y desafíos de la vida, podemos encontrar fuerza y consuelo en nuestra fe. En los momentos de debilidad, somos fortalecidos por la presencia de Dios en nuestras vidas.

El Poder de Dios en Nuestra Debilidad

Pablo nos muestra que los momentos de debilidad son, en realidad, oportunidades de aprendizaje. Las afrentas, necesidades, persecuciones, angustias y tribulaciones que enfrentamos por amor a Dios pueden surgir inesperadamente, haciéndonos sentir frágiles. Sin embargo, es precisamente en esos instantes que Dios nos revela que somos más fuertes de lo que imaginamos.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Corintios 12:9, RVR1960)

Cuando atravesamos períodos de aparente debilidad, es el poder de Dios el que transforma nuestras vidas. En esos momentos, buscamos a Dios con todo nuestro corazón, reconociendo que nada puede separarnos de Su amor.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (Romanos 8:35, RVR1960)

Nada Nos Separa del Amor de Dios

Reflexionando sobre Romanos 8:35, surge la pregunta: ¿qué podría separarnos del amor de Dios? La respuesta es clara: nada. El amor de Dios es incondicional, eterno e infinito. No importa qué hagamos, dónde estemos o cómo nos sintamos, Su amor siempre está con nosotros. Él nos envuelve con Su gracia y misericordia, sosteniéndonos en los momentos más difíciles y celebrando con nosotros en las alegrías de la vida.

La tribulación puede traer tristeza y desánimo, pero no tiene el poder de separarnos de Dios. La angustia puede afligirnos, pero no logra detenernos. La persecución puede surgir, pero Dios permanece a nuestro lado. El hambre y la desnudez no nos separan de Su amor, porque Dios es nuestro proveedor. Ni el peligro ni la espada pueden separarnos, como declara el salmista:

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. (Salmos 23:4, RVR1960)

Crecimiento en los Desiertos de la Vida

En el camino cristiano, hay momentos de exaltación, pero también períodos de desafíos. Estos desiertos pueden parecer largos y áridos, pero forman parte de nuestro crecimiento espiritual. En esos momentos, desarrollamos fe, perseverancia e intimidad con Dios. Así como la lluvia hace florecer el desierto, las dificultades nos fortalecen y nos preparan para nuevas bendiciones.

En la caminata cristiana, vivimos momentos tan íntimos con Dios que aprendemos de Él, como un padre que enseña a su hijo a dar los primeros pasos. Dios nos anima a avanzar y, en las dificultades, nos muestra que caminamos con Él en todas las fases de la vida, ya sean simples o desafiantes. Él revela Su presencia constante y nos enseña que, en ciertos momentos, necesitamos dar nuestros propios pasos, siempre con Su compañía, que nos impide caer.

Superación y Fuerza en la Fe

Caminar en el desierto puede generar inseguridad, miedo, debilidad o incluso desesperación. Sin embargo, este viaje proporciona nuevas experiencias con Dios, fomenta la intimidad y fortalece nuestro crecimiento espiritual. A través de la superación, encontramos la fuerza para seguir adelante. Por lo tanto, no te enfoques en tus debilidades, sino en la fuerza que Dios te concede.

Todos tenemos características que nos hacen especiales y capaces de alcanzar nuestros objetivos. En lugar de detenernos en lo que consideramos puntos débiles, debemos mirar nuestras cualidades positivas y usarlas a nuestro favor. La autopercepción positiva es esencial para el crecimiento personal y la realización de nuestros sueños. Cree en ti mismo y en tu potencial, porque eres más fuerte de lo que imaginas.

Si piensas: «¡Soy débil, soy pequeño, no puedo!», recuerda a David, quien derrotó al león, al oso y al gigante. Él mostró determinación para superar debilidades, vencer miedos, enfrentar desafíos y superar limitaciones.

Somos Más que Vencedores

Mirando hacia atrás, nos damos cuenta de que hemos superado muchos desafíos y obstáculos, pero hemos llegado hasta aquí. Cada obstáculo vencido ha fortalecido nuestra fe, generado intimidad con Dios y nos ha hecho más pacientes. Ahora, mirando hacia el futuro, sabemos que somos capaces de enfrentar lo que venga, porque nuestra fe, determinación y nuestro Dios son mayores que cualquier adversidad.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Romanos 8:37, RVR1960)

La Primera Victoria: La Vida

Desde la perspectiva de la ciencia humana, la primera batalla que enfrentamos es por la vida, aún en el vientre materno. Si estamos aquí hoy, es porque nacimos vencedores. La vida es un regalo precioso, un viaje lleno de desafíos, descubrimientos y crecimiento. Desde el vientre, estamos rodeados por un Dios poderoso que nos impulsa a superar obstáculos y avanzar. Él nos enseña que cada uno de nosotros lleva dentro la fuerza necesaria para vencer adversidades y alcanzar nuestros sueños más profundos.

Al reconocer que la vida misma es nuestra primera victoria, podemos enfrentar cada día con gratitud y determinación, sabiendo que somos capaces de lograr lo que deseamos. Que podamos llevar esta palabra de fe a aquellos que aún no han tenido un encuentro con Dios.

Si este mensaje ha edificado tu vida, pedimos dos cosas:

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Isaías 6:1-8 – Un encuentro marcado por la gloria de Dios

by Ministério Veredas Do IDE octubre 21, 2025
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En el libro de Isaías 6:1-4, encontramos valiosas lecciones a través de la visión de Isaías, descrita con detalles vívidos, destacando un encuentro genuino con Dios. En el año en que murió el rey Uzías, Isaías fue llevado, en una visión, a un lugar que transformaría su vida para siempre.

En los versículos 1 al 4, el profeta Isaías describe, con gran detalle, toda la gloria que contemplaba en ese momento.

En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los umbrales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. (Isaías 6:1-4, RVR1960)

Un encuentro con Dios revela quiénes somos realmente

Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y habito en medio de un pueblo de labios inmundos; y han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. (Isaías 6:5, RVR1960)

Isaías comprendió que estaba ante un Dios santo y que él, siendo pecador, no era digno de estar allí. El profeta reconoció su indignidad y su incapacidad para permanecer en la presencia divina. El Espíritu Santo nos convence, llevándonos a reconocer nuestros errores y a buscar la reconciliación con Dios.

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:7-8, RVR1960)

Hay momentos en nuestras vidas en los que solo el Espíritu Santo puede convencernos de nuestros caminos errados, guiándonos de nuevo a la verdad. A menudo, abandonamos los consejos de Dios, actuamos según nuestros propios deseos y vivimos como queremos.

En ciertos momentos, Dios toma el control de nuestras vidas. El ser humano puede elegir vivir temporalmente según su propia voluntad, pero en un momento determinado, tendrá un encuentro con Dios que marcará su trayectoria, cambiando su dirección e historia.

Isaías, con labios inmundos y viviendo entre un pueblo igualmente inmundo, exclamó: “Han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”. Este momento revela que cada encuentro con Dios trae transformación, pues nunca salimos de Su presencia sin cambiar.

Dios está interesado en tu transformación

Dios no se detiene en los pecados, fracasos, errores o defectos que has traído hasta este momento. Él está enfocado en quién puedes llegar a ser de ahora en adelante. ¿Entiendes? Dios desea saber quién serás después de este encuentro. Durante la visión de Isaías, Dios no estaba preocupado por quién era Isaías o por las personas a su alrededor.

Dios no estaba preocupado por la inmundicia de sus labios, porque lo que importaba era quién sería Isaías después de este encuentro. Dios sabía que, tras esta experiencia, Isaías saldría transformado. El Señor desea encontrarse contigo, sin importar lo que hayas hecho hasta ahora. Él está interesado en quién serás de aquí en adelante.

Porque nada es imposible para Dios. (Lucas 1:37, RVR1960)

¡Un encuentro con Dios tiene el poder de transformarnos!

Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y habito en medio de un pueblo de labios inmundos; y han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. (Isaías 6:5, RVR1960)

La lección aquí es clara: cuando reconocemos nuestros errores y pecados, Dios nos purifica, transformándonos en nuevas criaturas.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9, RVR1960)

Cuando Isaías reconoció sus faltas, Dios comenzó el proceso de purificación.

La purificación que viene de Dios

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocó con él mi boca, y dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. (Isaías 6:6-7, RVR1960)

El ángel tocó los labios de Isaías con un carbón encendido tomado del altar, y en ese momento, sus pecados fueron perdonados. Cada encuentro con Dios es transformador, permitiéndonos reconocer nuestras faltas, cultivar humildad y recibir el perdón.

Este reconocimiento sincero abre la puerta para que Dios elimine nuestras imperfecciones. Al enfrentar nuestras fallas con humildad y valentía, permitimos que Dios nos purifique, transformándonos en vasos listos para ser moldeados y llenados con Su gracia y sabiduría. Así, nuestro camino espiritual se desarrolla en plenitud y amor.

Sensibilidad a la voz de Dios

Cada encuentro con Dios aumenta nuestra sensibilidad a Su voz, permitiéndonos reconocer Su presencia en todos los aspectos de nuestra vida. Esta conexión nos guía, nos fortalece en tiempos difíciles y nos ayuda a escuchar Sus palabras de amor, paz y dirección. Estar en sintonía con Dios nos hace más atentos a Su guía, permitiéndonos seguir Su camino con fe y gratitud.

Isaías, antes con labios inmundos y rodeado de un pueblo impuro, ahora contemplaba una visión sobrenatural. Presenció lo imposible a los ojos humanos y experimentó una transformación poderosa, enfrentando sus defectos y recibiendo purificación divina. Esto lo preparó para escuchar y responder al llamado de Dios.

Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. (Isaías 6:8, RVR1960)

Transformado, Isaías declaró: “Heme aquí, envíame a mí”. Cada encuentro con Dios genera humildad, haciéndonos más sensibles a Su voz. Somos expuestos a realidades sobrenaturales que despiertan en nosotros el deseo de vivir según la voluntad divina.

Una transformación que impacta vidas

Isaías presenció el poder y la gloria de Dios, comprendió la importancia de abandonar sus pecados, experimentó una purificación divina y fue profundamente tocado, deseando ardientemente cumplir la voluntad de Dios. Los beneficios de un encuentro con Dios son transformadores, impactando todas las áreas de nuestras vidas.

Este encuentro nos llena de amor, paz y compasión, impulsándonos a actuar con generosidad y bondad hacia los demás. Nuestras actitudes, pensamientos y sentimientos se renuevan, trayendo una nueva perspectiva de vida e inspirándonos a buscar el crecimiento espiritual y personal. La presencia de Dios es un catalizador de cambios positivos.

Dios está listo para brindarnos experiencias únicas. Debemos reconocer nuestras faltas, entendiendo que somos el barro y Él es el Alfarero. Permitir que Dios nos moldee es esencial para vivir un encuentro significativo con Él.

Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2:20, RVR1960)

¿Por qué aún no hemos tenido un encuentro con Dios?

A menudo, presenciamos la gloria de Dios en acción, pero no comprendemos la importancia de renunciar a nuestro ego. Es esencial admitir nuestras fallas y permitir que Dios transforme nuestras vidas. Solo al reconocer nuestros errores, defectos y pecados podemos acercarnos a la gloria de Dios y vivir experiencias sobrenaturales, como Isaías, quien se convirtió en un hombre lleno de la gloria de Dios, con un corazón humilde que buscaba una vida de santidad.

Que tu vida sea bendecida por Dios y que tengas la oportunidad de envolverte en Su gloria. Comparte este mensaje de fe con aquellos que aún no han experimentado un encuentro con Dios.

Si este texto ha edificado tu vida, te pedimos solo dos cosas:

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octubre 21, 2025 0 comments
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