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Estudios bíblicos

El Infierno Existe: Un Lugar de Tormento Eterno

by Ministério Veredas Do IDE noviembre 10, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

Dios Creó el Infierno para Castigar a Satanás y a Sus Seguidores

Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. (Marcos 9:44, RV60)

Dios creó el infierno para castigar a Satanás y a todos sus seguidores. El infierno es un lugar de tormento, reservado para todos los que viven una vida en oposición a la voluntad de Dios. No es el deseo de Dios que este lugar de tormento sea el destino del hombre.

Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? (Ezequiel 33:11, RV60)

Dios no se complace en la muerte del impío, porque el destino de esta alma es el infierno y el corazón de Dios se entristece mucho. Si el impío se convierte de sus malos caminos, el Señor se alegra, porque esa alma vivirá, no hablamos solo en esta tierra, sino que cuando muera vivirá eternamente en la gloria con Él.

La Muerte Preciosa de los Santos Ante Dios

Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. (Salmos 116:15, RV60)

Debemos comprender que la muerte del justo es valiosísima para Dios, porque es la ocasión en que los suyos son liberados de todo mal. La muerte es el momento en que los justos son llevados victoriosamente de esta vida terrena al cielo, donde allí verán al Señor Jesucristo como Él es.

¿Existe el Infierno? La Biblia lo Confirma con Claridad

¡Sí, el infierno existe! ¡La Biblia tiene numerosos versículos que lo explican con gran claridad!

El Infierno: Lugar de Llanto y Crujir de Dientes

Allí será el lloro y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. (Lucas 13:28, RV60)

El Infierno Es un Lugar de Dolor Eterno

Por tanto, si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que con las dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar en la vida cojo, que con los dos pies ser echado al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un solo ojo, que con dos ojos ser echado al infierno, donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. (Marcos 9:43-49, RV60)

Reservado para los que se Olvidan de Dios

Los impíos serán trasladados al Seol; todas las gentes que se olvidan de Dios. (Salmos 9:17, RV60)

¡Desde el infierno es posible ver la gloria que existe en el cielo y desde el cielo no es posible avistar la tristeza que existe en el infierno!

Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. (Lucas 16:23, RV60)

Jesucristo Vino a Librar al Hombre del Infierno y de la Muerte

Como ya habíamos publicado en otro estudio, el ser humano se alejó de la gloria de Dios debido al pecado original. Jesucristo vino al mundo para que nuestros pecados fueran perdonados, y así tuviéramos nuevamente la oportunidad de entrar en los cielos.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16, RV60)

Dios amó al mundo de tal manera que Él envía a su único Hijo para que pudiéramos tener derecho a la vida eterna. Todo aquel que cree en Jesucristo tiene la vida eterna, porque cuando creemos en el Señor Jesucristo, obedecemos sus mandamientos y su palabra.

La misericordia y el amor de Dios están disponibles para todo aquel que desee recibirlo como único y suficiente Señor y Salvador. Abandonamos nuestros malos caminos para seguir un camino nuevo según la voluntad del Señor. Y el Señor nos libra de la condenación del infierno, haciéndonos herederos de los cielos y garantizándonos la vida eterna.

Pues grande es tu misericordia para conmigo, y has librado mi alma del Seol profundo. (Salmos 86:13, RV60)

El Enemigo Lucha para Llevar Almas al Infierno

El enemigo lucha diariamente para llevar a miles y miles de personas al infierno. A través de las obras de la carne y todo aquel que vive en tales prácticas no heredarán el reino de los cielos.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21, RV60)

Por eso debemos buscar producir los frutos del Espíritu, es decir, solamente produciendo buenos frutos alcanzaremos el reino de los cielos.

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. (Gálatas 5:22-26, RV60)

Todas las veces que desobedecemos a Dios somos alejados de su gloria y cuanto más nos alejamos de la gloria de Dios, más caminamos hacia el infierno. El enemigo de nuestras almas está rugiendo como león buscando a quien devorar, por este motivo acepte a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida.

Produzca los frutos del Espíritu, abandone las viejas prácticas, ande en los caminos de Dios y permita que Jesús pueda guiar su vida por completo. Solamente acercándose a Dios su alma será salva del fuego del infierno.

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6, RV60)

noviembre 10, 2025 0 comments
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Estudios bíblicos

Todos Han Pecado: Del Edén a la Gracia de Cristo

by Ministério Veredas Do IDE noviembre 10, 2025
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La Caída en el Jardín del Edén

Cuando meditamos en Romanos 3, recordamos que Adán y Eva se dejaron llevar por la influencia de la serpiente, que era la más astuta de todos los animales que Dios había creado en el jardín.

En una ocasión, la serpiente pregunta a la mujer: “¿Es verdad que Dios dijo: No comeréis de todo árbol del jardín?”.

La mujer conocía las ordenanzas de Dios y respondió a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín comeremos, pero del fruto del árbol que está en medio del jardín, dijo Dios: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.”

Porque todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:23, RVR1960)

La Tentación y la Desobediencia

La serpiente indujo a Eva a la desobediencia diciendo que no morirían. El argumento de la serpiente era que Dios sabía que en el día en que comieran del fruto, sus ojos serían abiertos y serían como Dios, conociendo el bien y el mal.

La desobediencia sacó a Adán y Eva del jardín y ahora todos pecaron y estaban destituidos de la gloria de Dios.

La mujer vio que el árbol era atractivo a sus ojos y su fruto parecía delicioso. Eva en su corazón deseó la sabiduría que el fruto le daría.

Eva tomó del fruto y lo comió y, no haciendo caso de la ordenanza de Dios, Eva además de comer del fruto también se lo dio a Adán.

En aquel momento, sus ojos se abrieron, y percibieron que estaban desnudos. Por eso, cosieron hojas de higuera unas con otras para cubrirse.

¡Estábamos destituidos de la gloria de Dios!

El Pecado Entra en el Mundo

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12, RVR1960)

Sabemos que todos pecaron antes de que la ley fuera dada, pero, por el hecho de que la ley no existía, sus pecados no les fueron imputados. Sabemos que, desde el tiempo de Adán hasta el de Moisés, todos murieron, incluyendo a los que no desobedecieron una orden explícita de Dios, como Adán desobedeció.

Adán es una representación de aquel que aún había de venir. Debemos destacar que hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y la dádiva de Dios. A través del pecado de un solo hombre la muerte vino para muchos. Mucho mayor que el pecado de Adán es la gracia de Dios y sus dádivas que vinieron sobre muchos por medio de un solo hombre, Jesucristo.

La Gracia que Supera el Pecado

Entendemos que por Adán entró el pecado en el mundo, pero por Jesucristo entró en el mundo el perdón, la gracia y la misericordia. El resultado de la dádiva de Dios es infinitamente diferente del resultado causado por el pecado de Adán. Mientras el pecado de Adán llevó a la condenación, la dádiva de Dios nos posibilita ser declarados justos delante de él, a pesar de nuestros muchos pecados.

La desobediencia produjo el pecado, por tanto la muerte reinó sobre muchos por medio del pecado de un solo hombre. Aún mayor es la gracia de Dios y su dádiva de justicia, pues todos los que la reciben reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo.

Es verdad que un solo pecado de Adán trajo condenación a todos, pero un solo acto de justicia de Cristo quitó la culpa y trajo vida a todos. A causa de la desobediencia a Dios, muchos se hicieron pecadores. Pero, a causa de la obediencia de una sola persona a Dios, muchos serán declarados justos.

La Ley y la Abundancia de la Gracia

La ley fue creada para que todos percibieran la gravedad del pecado. Pero, a medida que el pecado aumentó, la gracia se hizo aún mayor. Así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina la gracia, que nos declara justos delante de Dios y resulta en la vida eterna por medio de Jesucristo, nuestro Señor.

Somos imperfectos y pecadores que buscamos mejorar cada día y cuando fallamos y reconocemos, confesamos y dejamos. Dios con su infinita misericordia nos purifica de nuestros pecados.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9, RVR1960)

El precio de la desobediencia de Adán y Eva en el Jardín nos alejó de la Gloria de Dios, pero la obediencia de Jesucristo y su infinito amor nos inserta nuevamente como hijos y herederos del Reino.

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Estudios bíblicos

2 Reyes 5 – Naamán y la Inmersión en el Río Jordán

by Ministério Veredas Do IDE noviembre 10, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

Hay momentos en que es necesario que nos sumerjamos en el río Jordán, pues solo así seremos capaces de alcanzar las grandezas de Dios. Jordán tiene un significado muy extraordinario, pues es un nombre masculino de origen hebreo. Surge del hebreo Yarden, a partir de la palabra yarad, que significa “descender”, “correr”, “fluir”. El nombre tiene el sentido de “el que corre” o “aquel que desciende”.

Muchas veces, por cargos, patentes y posiciones que ocupamos, somos tomados por la soberbia, por nuestro ego y dejamos de ver las grandezas de Dios a nuestro alrededor.

Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un hombre grande delante de su señor, y de mucho respeto; porque por él Jehová había dado salvación a los sirios; y era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. (2 Reyes 5:1)

Naamán era un hombre importantísimo y tenía una posición de gran relevancia, pero detrás de este gran y exitoso hombre había un pobre leproso. Detrás de este gran hombre había un Naamán que poseía una enfermedad mayor que la lepra que llevaba consigo: era su ego, su yo.

La Niña Cautiva y la Fe Inquebrantable

El rey de Siria tenía gran respeto por Naamán, pues este era comandante de su ejército; por medio de él, el Señor había dado grandes victorias a Siria. Naamán era un guerrero valiente, pero sufría de lepra. En esa época, saqueadores sirios habían invadido el territorio de Israel, y entre los cautivos había una niña que se convirtió en sierva de la esposa de Naamán.

Mucho podemos aprender de esta ilustre desconocida que, aun siendo llevada cautiva, no negó la fe y el amor de Dios. Esta niña conocía a un Dios vivo que podría curar a Naamán de su lepra.

Todo lugar que Dios nos pone, Él desea que seamos instrumentos Suyos en esta tierra. Habrá momentos en que Dios hará cosas que jamás entenderemos, pues Dios desea que por nosotros la vida de alguien sea transformada.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8,9)

Los pensamientos de Dios no son como nuestros pensamientos, ni nuestros caminos son como los caminos del Señor. Aquella niña, aun siendo colocada como sierva en la casa de un extraño, como instrumento de Dios, va a decir a su señora:

Y ella dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. (2 Reyes 5:3)

Aquella niña tenía todos los motivos para desear el mal a Naamán, pero, por el contrario, Dios estaba presente en la vida de esta niña de tal manera que ella mira la situación y ve la oportunidad de presentar a aquella familia un Dios vivo y capaz de operar milagros.

El Viaje de Naamán y la Reacción del Rey

Naamán cuenta al rey lo que la niña israelita le había dicho y el rey de Siria le da autorización para visitar al profeta. El rey da a Naamán una carta de presentación al rey de Israel. Naamán partió llevando 350 kilos de plata, 72 kilos de oro y diez mudas de ropa festiva.

La carta que fue llevada al rey de Israel decía en sí: “Con esta carta presento a mi siervo Naamán. Quiero que el rey lo cure de la lepra”. Entonces el rey de Israel, al leer la carta, rasga sus vestiduras y dice: “¿Acaso soy Dios, capaz de dar o quitar la vida? ¿Por qué este hombre me pide que cure a un leproso? Como pueden ver, busca un pretexto para atacarnos”.

Y trajo la carta al rey de Israel, diciendo: Luego que esta carta llegue a ti, sabrás que te he enviado a Naamán mi siervo, para que lo cures de su lepra. Y sucedió que, leyendo el rey de Israel la carta, rasgó sus vestiduras, y dijo: ¿Soy yo Dios, para matar y para dar vida, para que éste envíe a mí un hombre, para que yo lo cure de su lepra? Por lo cual, os ruego que notéis y veáis que busca ocasión contra mí. (2 Reyes 5:6,7)

Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey de Israel había rasgado sus ropas, y le manda un mensaje: “¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Déjalo venir a mí, y sabrá que hay profeta en Israel”. Y en ese exacto momento Naamán va con sus caballos y carruajes a la casa de Eliseo.

La Indignación de Naamán ante la Simplicidad

Naamán, al llegar a la casa de Eliseo, creía que el profeta debería simplemente recibirlo, y que bastaría con que agitara las manos sobre su cabeza para que quedara curado de su enfermedad. La recepción fue totalmente diferente de lo que Naamán imaginaba, pues quien recibe a Naamán no es el profeta, sino uno de sus mensajeros.

Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve, y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. (2 Reyes 5:10,11)

Podemos entender que Naamán estaba pasando por este proceso, pues necesitaba comprender que de nada valía su posición humana delante de Dios. El ego de Naamán necesitaba ser quebrado, pues él juzgaba que el profeta debería recibirlo y no su mensajero. Naamán creía que el milagro podría obtenerse sin sacrificio. Muchas veces tenemos la oportunidad de recibir nuestro milagro, pero nosotros mismos rechazamos la voz de Dios con nuestras elecciones egoístas.

El milagro de Naamán ya estaba prácticamente encaminado, pero todos sabemos que el Jordán, el río que desciende, no era uno de los mejores. Y no siempre aquello que agrada a nuestros ojos será lo que Dios usará para bendecirnos, pues Dios muchas veces usará lo que menos valor posee para transformar en una herramienta sobrenatural.

¿No son por ventura Abana y Farfar, ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podría lavarme en ellos, y ser limpio? Y se volvió, y se fue enojado. (2 Reyes 5:12)

Naamán estaba indignado por tener que sumergirse en el río Jordán. Muchas veces no vemos que ya estamos a mitad del proceso para recibir nuestra victoria.

La Persuasión y la Obediencia que Sana

Para que el milagro ocurriera en la vida de Naamán, solo faltaba que él se sumergiera, pues aun en su casa la niña que había sido llevada cautiva ya había dicho lo que Naamán debería hacer.

El profeta ya había pronunciado una palabra sobre la vida de Naamán; ahora solo dependía de él obedecer la palabra de Dios a través del profeta, que era simplemente sumergirse siete veces.

Naamán, en vez de ver la obediencia, simplemente da lugar a la indignación que lo cegaba.

Sus oficiales intentaron convencerlo, diciendo: “Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?”.

Muchas veces la soberbia, el yo, el ego, nos impide ver el milagro que ya está delante de nosotros. El milagro ya estaba delante de Naamán, pero su orgullo lo impedía verlo.

Aquellos hombres dijeron a Naamán algo muy reflexivo, pues Dios no estaba pidiendo a Naamán hacer nada imposible, sino solo que Naamán se sumergiera 7 veces.

Si el profeta hubiera pedido a Naamán hacer cualquier otra cosa, ciertamente lo haría, pero el profeta dijo solo: ve y sumérgete siete veces y quedarás curado.

Entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. (2 Reyes 5:14)

Lecciones Eternas de una Historia Transformadora

Aprendemos de una joven desconocida, del mensajero y de los oficiales algunos legados valiosísimos.

De una joven: Aprendemos que dondequiera que estemos debemos aprovechar la oportunidad de hablar de nuestro Dios.

Del profeta: Aprendemos que debemos obedecer la voz de Dios para que vidas puedan reconocer el poder y la soberanía de Dios.

De los siervos: Aprendemos que, cuando pensemos en desistir, debemos saber que lo que Dios nos pide es solo lo posible, pues lo imposible lo realizará Dios mismo.

Y si Él ha pronunciado una palabra sobre nuestras vidas, Él es fiel para cumplirla, pues vela por su palabra y de ninguna manera volverá vacía.

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Estudios bíblicos

Daniel en el Foso de los Leones: Lecciones de Fe e Integridad

by Ministério Veredas Do IDE noviembre 9, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

La Organización del Reino y el Destaque de Daniel

El rey Darío dividió el reino en 120 provincias y nombró a un alto funcionario para gobernar cada una de ellas. Además, seleccionó a Daniel y a otros dos hombres como administradores para supervisar a los altos funcionarios y proteger los intereses del rey.

Podemos percibir que rápidamente Daniel se destacó con una habilidad superior a todos los otros gerentes y altos funcionarios. Debido a la habilidad que Daniel demostraba,, el rey Darío consideraba colocarlo como líder de todo el reino. Daniel poseía una inteligencia extraordinaria debido a su «espíritu excelente».

Entonces este mismo Daniel se distinguió sobre los presidentes y sátrapas, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. (Daniel 6:3)

La Envidia y la Conspiración Contra Daniel

El éxito de Daniel despertó envidia en los otros administradores y altos funcionarios. Ellos pasaron a buscar posibles fallas en la forma como Daniel lidiaba con las cuestiones de gestión, pero no encontraron nada para criticar o condenar.

Daniel era conocido por su honestidad, gran responsabilidad y confiabilidad inquebrantable. La única razón por la cual “conseguieron acusarlo” fue por causa de su estrecha conexión con Dios.

Entonces aquellos hombres dijeron: Nunca hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, a no ser que la hallemos contra él en relación con la ley de su Dios. (Daniel 6:5)

El Decreto Armado y la Propuesta Astuta

Los administradores, oficiales y altos funcionarios fueron hasta el rey con el objetivo de armar una cilada contra Daniel. Ellos presentaron al rey una propuesta en la cual él debería emitir un decreto que debería ser estrictamente seguido.

En este decreto, durante los próximos 30 días, cualquier persona que orara a Dios o a alguien, excepto al rey, debería ser lanzada al foso de los leones.

Todos los presidentes del reino, los prefectos y sátrapas, los consejeros y capitanes, han acordado por consejo que el rey establezca un edicto real y lo confirme: Que cualquiera que en el espacio de treinta días haga petición a cualquier dios u hombre, fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. (Daniel 6:7)

Los altos funcionarios y oficiales nutrían una envidia profunda por Daniel, conspirando y planeando contra su fidelidad a la ley de su Dios. Todos se unieron para persuadir al rey a emitir un decreto, sabiendo que Daniel no lo cumpliría y así el rey sería obligado a ordenar la pena de muerte. La historia de Daniel nos enseña a actuar con integridad, incluso ante las situaciones más difíciles, sin comprometer nuestras convicciones bíblicas, pues es así como honramos a Dios.

La Fidelidad de Daniel Ante el Peligro

Cuando supo que la ley había sido firmada, Daniel no se dejó intimidar. En vez de eso, fue a casa y, como de costumbre, se arrodilló en su cuarto, con las ventanas abiertas en dirección a Jerusalén. Él solía orar tres veces al día y expresar gratitud a su Dios. A pesar de la resistencia de los oficiales, ellos fueron hasta la casa de Daniel y lo encontraron en busca de Dios.

Entonces aquellos hombres se juntaron y hallaron a Daniel orando y suplicando delante de su Dios. Luego se presentaron ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has firmado un edicto que cualquier hombre que en el espacio de treinta días haga petición a cualquier dios u hombre, excepto a ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? El rey respondió y dijo: La orden está en vigor, conforme a la ley de los medos y persas, que no puede ser revocada. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni al edicto que has firmado, sino que tres veces al día hace su oración. (Daniel 6:11-13)

El rey quedó profundamente perturbado y buscó una manera de rescatar a Daniel. Pasó el día entero ponderando sobre cómo libertarlo de esa circunstancia. Más tarde, en la noche, sus consejeros se acercaron y recordaron: «Su Majestad, conforme a la ley de los medos y persas, ningún decreto firmado por el rey puede ser revocado».

El Foso de los Leones y la Esperanza del Rey

El foso de los leones era subterráneo y tenía una abertura en la parte superior, siendo cubierto por una piedra grande. Esa abertura, sellada por el rey, indicaba que nadie podría acceder al foso sin su permiso. Debido a la integridad y al espíritu excepcional de Daniel, él era admirado por el rey, que también respetaba al Dios de Daniel. Así, cuando el rey aplicó rigurosamente su decreto, expresó la esperanza de que Dios libertara a Daniel del foso de los leones.

Entonces, el rey ordenó que Daniel fuera preso y lanzado al foso de los leones. Le dijo a Daniel: “Que tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, te salve”. En seguida, una piedra fue traída y colocada sobre la boca del foso. El rey selló la piedra con su anillo y con los anillos de sus nobles, para que nadie pudiera libertar a Daniel.

Es interesante notar que el rey parecía estar consciente del libramiento concedido por Dios a los tres amigos de Daniel en la situación del horno ardiente.

El rey vuelve al palacio y pasa la noche en ayuno. Su corazón estaba tan entristecido que ninguno de los entretenimientos habituales lo animó, y no consiguió dormir. A la mañana siguiente, el rey corre al foso de los leones.

Y acercándose al foso, llamó a Daniel con voz triste; y dijo el rey a Daniel: Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien continuamente sirves, librarte de los leones? Entonces Daniel habló al rey: Oh rey, vive para siempre. (Daniel 6:20-21)

El Milagro y la Respuesta de Daniel

Y Daniel cuenta que Dios envió un ángel que cerró la boca de los leones, protegiéndolo de cualquier daño, pues Daniel era considerado inocente a los ojos de Dios. El rey queda extremadamente feliz y manda retirar a Daniel del foso, encontrándolo sin un solo rasguño. Ese milagro ocurrió debido a la completa confianza de Daniel en Dios.

La Justicia Divina y el Nuevo Decreto

Tras la retirada de Daniel del foso de los leones, el rey ordena que aquellos que lo acusaron falsamente sean lanzados al foso con sus familias. En seguida, el rey emite un decreto.

Y mandó el rey, y trajeron a aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y los echaron en el foso de los leones, a ellos, a sus hijos y a sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesto un decreto, que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. Él salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones. (Daniel 6:24-27)

Conforme a la Palabra de Dios, Daniel prosperó grandemente en el reino de Darío y durante el reinado de Ciro, el persa. Daniel nos enseña a permanecer firmes en Dios, confiando plenamente en el Señor, incluso ante la envidia y la falsedad dirigidas a nosotros. Es esencial actuar con integridad y honestidad en todos los lugares que frecuentamos, pues Dios se agrada mucho de aquellos que siguen estos principios. La Biblia nos enseña que nuestros enemigos no tendrán éxito, como se vio cuando los hombres que intentaron perjudicar a Daniel fueron rápidamente derrotados por los leones.

Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y toda lengua que se levante contra ti en juicio, tú la condenarás; esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su justicia de parte mía, dice Jehová. (Isaías 54:17)

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Estudios bíblicos

Hebreos 11:1: El Poder de la Fe

by Ministério Veredas Do IDE noviembre 9, 2025
written by Ministério Veredas Do IDE

¡Fe! Una palabra tan pequeña, pero con una eficacia gigantesca, pues la fe es capaz de hacer que sucedan cosas imposibles. A través de la fe, vemos en la actualidad personas siendo curadas de enfermedades que, a los ojos de la medicina, serían imposibles.

La fe tiene el poder de trascender lo que es natural, es decir, la fe tiene el poder de sobrepasar los límites, haciendo visible todo lo que estaba en el ámbito invisible.

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

La fe es la certeza de aquello que esperamos y la prueba de las cosas que aún no vemos. A través de la fe, nuestros hermanos en el pasado recibieron buenos testimonios, y repercuten hasta el día de hoy. El cristiano es capaz de entender que todo el universo fue creado por la palabra de Dios. Cuando observamos la galería de los héroes de la fe, vemos que la fe en la vida de una persona tiene el poder de realizar cosas extraordinarias.

¿Qué Puede Hacer la Fe en la Vida de una Persona?

Por la fe, Abel presentó a Dios un sacrificio superior al de Caín. Con esto, mostró ser un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. E incluso después de mucho tiempo, aunque muerto, todavía habla hasta el día de hoy por medio de su ejemplo.

Por la fe, Enoc fue trasladado al cielo sin experimentar la muerte; “desapareció, porque Dios se lo llevó”. Porque, antes de este acontecimiento, Enoc dedicaba su vida a agradar a Dios. Estos y otros héroes de la galería de Hebreos 11 son ejemplos de lo que la fe es capaz de hacer en la vida de una persona.

Podemos mencionar diversos ilustres de la fe, como Abraham, Sara, Noé, entre otros, que, a través de su fe, incluso después de muertos, todavía hablan hasta el día de hoy.

Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan. (Hebreos 11:6)

Este versículo deja claro la necesidad de acercarnos más a Dios, creyendo que él existe y que está listo para atender a todo aquel que lo busque de todo corazón. Es imposible agradar a Dios si no hay una fe verdadera. La fe consiste en obedecer a la voluntad de Dios para nuestras vidas. Noé, a través de la fe, construyó una embarcación que salvaría a su familia del diluvio.

Noé es ejemplo de obediencia y fe, pues Dios lo había advertido acerca de cosas que nunca habían ocurrido en la tierra. Por la fe, Dios, en ese escenario, condenó al resto del mundo y Noé recibió la justicia que viene por medio de la fe. Muchas veces, Dios nos hablará de cosas extraordinarias que nunca han sucedido antes, y es en ese momento que debemos poner la fe en acción, es decir, confiar enteramente en Dios y en sus propósitos.

La Fe Acompañada de Obras

Pero dirá alguien: Tú tienes la fe, y yo tengo las obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. (Santiago 2:18)

La Biblia nos enseña que la fe debe ir acompañada de las obras; las dos deben andar lado a lado. De forma más didáctica y para que todos entiendan. Imagina que hablaremos de Dios en una noche fría y lluviosa a un indigente; eso es fe.

Necesitamos cumplir todo este versículo, que es fe más las obras, ¿y cuál es la obra en este momento? Ya usamos la fe, que es hablar de Jesús. Ahora, necesitamos realizar la obra que es, en esta noche fría y lluviosa, literalmente albergar y abrigar a aquellos que se encuentran a la intemperie.

Entendemos que la fe y las obras caminan juntas; aquellos que están en el mundo sí necesitan conocer al Señor Jesucristo, pero nuestras obras también tienen que manifestarse en la vida de los mismos.

Obras sin fe están muertas, así como la fe sin obras es una fe muerta.

La verdadera fe siempre se manifiesta en obediencia a Dios y con actos compasivos hacia los necesitados.

La fe genera dentro del ser humano obediencia, porque creemos en Dios, y solo quien cree en Dios puede obedecer de hecho a Él.

Bien ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y que por las obras la fe fue perfeccionada. (Santiago 2:22)

Entendemos que Santiago no está diciendo que la fe y las obras nos salvan, pues eso sería como separar la fe de las obras. Santiago argumenta justamente lo contrario; él argumenta sobre la fe en acción.

La fe y las obras nunca podrán estar separadas, una vez que las obras proceden naturalmente de la fe.

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la fe que obra por el amor. (Gálatas 5:6)

La Biblia nos enseña que la persona es salva por la fe:

Esto es, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia. (Romanos 3:22)

Pablo describe con exactitud la naturaleza de esta fe. Una fe viva en un Salvador vivo; fe tan vital que no puede dejar de expresarse en actos motivados por el amor.

La fe que deja de amar y obedecer a Cristo, perdiendo el interés genuino por la obra del Reino de Dios y claramente dejando de resistir al pecado y al mundo, no es fe salvífica.

Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. (Santiago 1:3)

Cuando nuestra fe es probada, la perseverancia tiene la oportunidad de crecer. En la carrera de la fe, el cristiano siempre será probado por Dios. El cristiano que confía enteramente en Dios permanece perseverando y enfrentando los desiertos de la caminata cristiana.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)

En este mundo enfrentaremos diversas aflicciones, pero Jesús nos enseña que solo en Él encontraremos la verdadera paz. El propio Señor nos anima al decir: “Confiad; yo he vencido al mundo”.

El Señor Jesús nos enseña que, de la misma forma que él renunció al pecado y vivió una vida en obediencia a Dios Padre, también podremos vivir en una vida de fe y obediencia a Dios. Y de la misma forma que él venció, también seremos capaces de vencer al mundo.

La fe está dentro de cada uno de nosotros; cuanto más íntimos somos con Dios, más le permitimos ser dueño de nuestro corazón. Ciertamente, muchas cosas sobrenaturales se manifestarán por el poder de la fe.

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Estudios bíblicos

¿Cómo Hacer una Oración?

by Ministério Veredas Do IDE octubre 28, 2025
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Muchos se preguntan: ¿cómo hacer una oración? En primer lugar, debemos entender que la oración es una petición dirigida a Dios.

Para hacer una oración, necesitamos tener fe, es decir, debemos estar confiados de que Dios está atento a nuestra oración.

Atenderá la oración del menesteroso, y no despreciará su oración. (Salmos 102:17)

Existen varios modelos que nos enseñan cómo hacer una oración, y describiremos las formas más simples de hablar con Dios diariamente.

Primer Modelo: La Oración del Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo; el pan nuestro de cada día dánoslo hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos metas en tentación; mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén. (Mateus 6:9-13)

Escucha la oración del Padre Nuestro y suscríbete a nuestro canal. Oración Padre Nuestro Mateo 6:9

Este es el modelo de oración más simple y también el modelo que nuestro Señor Jesucristo dejó como ejemplo para cada uno de nosotros.

Segundo Ejemplo: Una Oración Simple y Personal

En este segundo ejemplo, utilizaremos también una forma simple de hablar con Dios. Donde expresaremos lo que deseamos, como si estuviéramos hablando respetuosamente con una persona.

Señor Dios Todopoderoso, sé que soy pequeño, pero vengo a tu grandiosa presencia. En primer lugar, agradecer por todo.

Vengo aquí también, oh Dios, a expresar mis necesidades delante de ti, pues soy enteramente dependiente de tus cuidados.

El Señor conoce todas mis necesidades, así como mis aflicciones. Ahora, pongo en tus manos mis aflicciones, necesidades, a mi familia, a mis hijos y a todos los que me rodean.

También pido al Señor que bendiga mi salud, mi vida sentimental, mi vida espiritual y haga en mí, oh Dios, tu querer y tu voluntad. En nombre de Jesús. ¡Amén!

Arriba tenemos un ejemplo simple de una oración, hecha de forma aleatoria, es decir, cuando exponemos a Dios todas nuestras necesidades.

Nota que esta oración se asemeja a un diálogo con una persona, y es exactamente eso, pues el Espíritu Santo de Dios está recogiendo todas nuestras oraciones y llevándolas hasta Dios.

¿Cómo Hacer una Oración si Nunca He Orado?

Tal vez te estés preguntando: ¿cómo hacer una oración si nunca he orado? Hablar con Dios y entrar en su presencia es algo más simple de lo que pueda parecer.

Dios no está interesado en si hablas bonito o no, si tu oratoria es buena o no, sino que Dios está interesado en oír las palabras más sinceras de tu corazón.

Si, en el momento en que hagas una oración, te da ganas de llorar, llora, pues Dios no resiste a un corazón quebrantado y contrito, y él mismo enjugará todas las lágrimas de nuestro rostro.

La oración puede ser hablada o hecha en silencio, y cuanto más hables con Dios, más intimidad tendrás con él.

La oración tiene poder para hacer desaparecer la enfermedad, para que las personas sean liberadas y para hacer que lo difícil se vuelva posible.

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mateus 21:22)

octubre 28, 2025 0 comments
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Estudios bíblicos

Daniel 3: Sadrac, Mesac y Abednego en el «valle de la sombra de muerte»

by Ministério Veredas Do IDE octubre 28, 2025
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La Conexión con el Salmo 23

Sadrac, Mesac y Abednego nos hacen recordar el Salmo 23:4:

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. (Salmos 23:4)

La Estatua de Oro de Nabucodonosor

La historia de estos tres hombres de Dios comienza cuando el rey Nabucodonosor hace una estatua de oro de 27 metros de altura y 2,7 metros de ancho y la coloca en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.

El rey entonces envía mensajeros a todos los altos funcionarios, oficiales, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados, en fin, el comunicado fue enviado a todas las autoridades de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la estatua que Nabucodonosor había levantado.

La Biblia relata que todas estas autoridades vinieron y se colocaron delante de la estatua que el rey había levantado.

El Decreto Real y la Orden de Adoración

En un momento dado, el heraldo gritó: “¡Pueblos de todas las razas, naciones e idiomas, escuchen la orden del rey! Cuando oigan el sonido de la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, el salterio y de otros instrumentos musicales, postrense en el suelo para adorar la estatua de oro levantada por el rey Nabucodonosor. ¡Quien no obedezca será lanzado de inmediato al horno ardiente!”.

El rey Nabucodonosor ordenó a todos los pueblos, razas, naciones e idiomas que, al sonido de los instrumentos musicales, todos debían postrarse y adorar la estatua de oro que él mismo había levantado.

La Denuncia y la Negativa de los Judíos

Algunos de los astrólogos fueron al rey y denunciaron a los judíos, diciendo al rey que todos debían postrarse y adorar la imagen de oro cuando oyeran el sonido de la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, el salterio y de los otros instrumentos musicales.

Y lo que estaba propuesto en este decreto era que todo aquel que no obedeciera sería lanzado al horno ardiente. Algunos judíos, Sadrac, Mesac y Abed-Nego, a quienes el rey había encargado de la provincia de Babilonia, no dieron importancia al decreto del rey y se negaron a servir a los dioses y no adoraron la estatua de oro que el rey había levantado.

La Furia del Rey y la Segunda Oportunidad

El rey Nabucodonosor se enfureció y ordenó que trajeran a Sadrac, Mesac y Abed-Nego ante su presencia. Cuando ellos fueron conducidos a la presencia del rey, él les dijo: “Sadrac, Mesac y Abed-Nego, ¿es verdad que ustedes se niegan a servir a mis dioses y a adorar la estatua que levanté?”.

El rey entonces concede una oportunidad más para que los tres se postraran y adoraran la estatua que él había hecho. Si se negaban, serían entonces lanzados de inmediato al horno ardiente.

Nabucodonosor no entendía que Sadrac, Mesac y Abed-Nego servían a un Dios vivo y les propuso un desafío, diciendo:

¿Y qué dios será aquel que os libre de mis manos? (Daniel 3:15)

La Respuesta Fiel en el Valle de la Sombra de Muerte

Sadrac, Mesac y Abed-Nego, aun estando “en el valle de la sombra de muerte”, responden al rey diciendo:

No es necesario que te respondamos sobre este asunto. (Daniel 3:16)

Estos tres hombres de Dios aquí descritos comprendían que, si fueran lanzados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servían podría sí librarlos de las manos del rey, así como del horno de fuego ardiente.

E incluso si Dios no los anexara los librara del horno de fuego, ellos de la misma forma continuarían fieles a Dios, no adorando a los dioses ni a la estatua de oro que el rey había levantado.

La Orden de Lanzarlos al Horno

El corazón de Nabucodonosor en ese momento se llenó de furia contra Sadrac, Mesac y Abed-Nego, pues la Biblia describe que el rostro de Nabucodonosor en ese momento quedó desfigurado de rabia.

Entonces el rey ordenó que el horno fuera calentado siete veces más que de costumbre, seleccionó a los hombres más fuertes de su ejército para que ataran a Sadrac, Mesac y Abed-Nego y los lanzaran al horno ardiente.

Sadrac, Mesac y Abed-Nego fueron lanzados al horno completamente vestidos con túnicas, turbantes, mantos y otras ropas.

El Libramiento Divino en las Llamas

Aprendemos que en el momento en que estamos enfrentando el valle, Dios se muestra presente, enseñándonos que él está con nosotros.

Y, porque la palabra del rey era urgente, y el horno estaba extremadamente caliente, la llama del fuego mató a aquellos hombres que llevaron a Sadrac, Mesac y Abednego.

Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del horno de fuego ardiente. (Daniel 3:23)

Y, una vez que el rey, en su ira, había exigido un fuego tan caliente en el horno, a punto de que las llamas mataran a los soldados que arrojaron a los tres allí dentro.

Así, Sadrac, Mesac y Abed-Nego, atados, cayeron en las llamas intensas.

El Cuidado de Dios Antes Incluso de la Caída

Podemos observar que el libramiento ocurre antes incluso de que caigan dentro del horno de fuego, pues los hombres que llevaron a Sadrac, Mesac y Abed-Nego al horno murieron, porque la llama del fuego era tan intensa que no resistieron, pero Sadrac, Mesac y Abed-Nego permanecieron vivos, ya era el cuidado de Dios para con estos tres hombres.

El Cuarto Hombre en el Fuego

Y cuando caen en medio de las llamas intensas, Nabucodonosor se levanta con asombro y pregunta a sus consejeros:

¿No echamos nosotros en medio del fuego a tres hombres atados? Respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey. (Daniel 3:24)

Pues en ese momento Nabucodonosor ya no veía solo tres hombres, sino que veía cuatro hombres, y según lo que describirá, el cuarto hombre se parecía a un hijo de los dioses. Nabucodonosor entonces relata: “¡Veo cuatro hombres sueltos que andan en medio del fuego sin sufrir daño!”.

El rey Nabucodonosor quedó impactado con la escena que presenciaba, que intenta acercarse lo máximo posible a la puerta del horno, y habló, diciendo:

Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego. (Daniel 3:26)

El Milagro Visible para Todos

Cuando Sadrac, Mesac y Abed-Nego salieron de en medio del fuego del horno de fuego ardiente, los altos funcionarios, los oficiales, los gobernadores y los consejeros se juntaron alrededor de ellos y vieron que el fuego no los había tocado. Ni un cabello de su cabeza estaba chamuscado, y sus ropas no estaban quemadas. Ni siquiera tenían olor a humo.

La Exaltación del Dios Vivo

El nombre del Dios vivo en ese momento fue alabado por la boca de Nabucodonosor, que dice:

Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que ha enviado su ángel y ha librado a sus siervos que confiaron en él, y que han cambiado la palabra del rey y entregado sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que no sea su Dios. (Daniel 3:28)

El nombre del Señor solo fue engrandecido, pues Sadrac, Mesac y Abednego entendieron que pasar por el valle de la sombra de muerte significa: que si Dios quiere concedernos libramiento, no moriremos, pero si permite que muramos, ciertamente con él en la gloria estaremos.

La Lección de No Temer al Hombre

Sadrac, Mesac y Abed-Nego comprendían que Dios siempre estará por encima de todo, enseñándonos que jamás debemos temer al hombre.

Y no temáis a los que matan el cuerpo, y no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Mateo 10:28)

Después de pasar por los momentos del valle de la sombra de muerte, Sadrac, Mesac y Abed-Nego obtuvieron cargos aún más elevados en la provincia de Babilonia.

No debemos temer a la muerte o al daño que nos pueda causar el hombre, y sí entender que aunque vengamos a morir, todo aquel que muere con Cristo, aunque muera físicamente, ciertamente vivirá en la eternidad.

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Estudios bíblicos

Salmos 91: La Promesa de la Protección Divina

by Ministério Veredas Do IDE octubre 27, 2025
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Seguridad en el Lugar Secreto del Altísimo

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. (Salmos 91:1, RVR1960)

Dios desea brindar seguridad a sus hijos y a todos aquellos que se colocan bajo su voluntad y protección omnipresente. En otras palabras, la protección divina está disponible en todo lugar para quienes buscan a Dios y permanecen constantemente en su presencia.

Habitar en el lugar secreto del Altísimo significa que, cuanto más nos acercamos a Dios y a su Palabra, más nos concede paz y liberación ante los peligros que nos rodean. Esta intimidad con el Señor trae descanso y seguridad.

Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. (Salmos 91:2, RVR1960)

El salmista, profundamente conectado con Dios, declara con convicción que el Señor es su refugio y fortaleza. Esta declaración revela una relación íntima, mostrando que Dios se acerca a aquellos que confían en Él.

Liberación de Trampas y Enfermedades

Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. (Salmos 91:3, RVR1960)

Solo Dios tiene el poder de librarnos de las trampas malignas de este mundo. Él demuestra su cuidado al protegernos de enfermedades mortales, garantizando seguridad en medio de los peligros.

Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. (Salmos 91:4, RVR1960)

El cuidado de Dios se compara con un ave que protege a sus crías bajo sus alas. Su fidelidad es nuestra armadura, un escudo que nos defiende de todo mal.

No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. (Salmos 91:5-6, RVR1960)

Cuando cultivamos intimidad con Dios, esta conexión nos hace tan confiados que ningún terror, sea de día o de noche, puede perturbarnos. La presencia divina disipa todo temor.

La Protección Inquebrantable de Dios

Caerán mil a tu lado, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. (Salmos 91:7-11, RVR1960)

El salmista describe la seguridad inquebrantable de aquellos que confían en Dios. Aunque muchos perezcan a nuestro alrededor, quienes hacen del Señor su refugio permanecerán protegidos. Dios envía a sus ángeles para guardarnos en todos nuestros caminos, asegurando que ningún mal ni plaga se acerque.

Victoria Sobre el Mal y Promesa de Liberación

En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y a la serpiente. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. (Salmos 91:12-14, RVR1960)

Dios promete liberación a quienes lo aman y confían en su poder. Nos capacita para vencer peligros, simbolizados por el león y la serpiente, y nos coloca en un lugar seguro porque conocemos y honramos su nombre.

Respuesta Divina y Vida Abundante

Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. (Salmos 91:15-16, RVR1960)

Cuando clamamos al Señor, Él escucha nuestro clamor y promete estar con nosotros en todo momento. En tiempos de dificultad, Dios nos rescata, nos honra y nos concede una vida larga y la salvación como recompensa por nuestra fidelidad.

Llamado a la Acción

Que podamos compartir esta palabra de fe con aquellos que aún no han tenido un encuentro con Dios. El mensaje de Salmos 91 nos invita a confiar en la protección divina y a vivir bajo la sombra del Altísimo.

Si este mensaje ha tocado tu corazón, haz dos cosas simples:

  • Deja un comentario para edificar nuestra fe.
  • Comparte en las redes sociales para que otras vidas sean impactadas por el poder de Dios.
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Como surgiu a morte
Estudios bíblicos

Génesis 2:16-17: ¿Cómo Surgió la Muerte? – Estudio Bíblico

by Ministério Veredas Do IDE octubre 27, 2025
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Desde tiempos antiguos, la muerte ha sido un enigma que nos fascina y atemoriza. Pero, ¿de dónde proviene este fenómeno llamado muerte? ¿Cuál es su origen? Según la Biblia, la muerte surgió debido a la desobediencia del hombre en el Jardín del Edén, como se describe en Génesis 2:16-17.

El Origen de la Muerte en el Jardín del Edén

En el principio, Dios creó un mundo perfecto donde el hombre vivía en armonía con la naturaleza y con Dios. Dios otorgó al hombre el libre albedrío, es decir, la capacidad de elegir. Es importante entender que, con el libre albedrío, somos capaces de tomar decisiones que influyen directamente en el curso de nuestras vidas, asumiendo la responsabilidad por ellas.

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. (Génesis 2:16-17, RVR1960)

El hombre tenía permiso para comer de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Sin embargo, desobedeció el mandamiento de Dios y comió del fruto prohibido, lo que trajo la muerte como consecuencia.

La Muerte como Consecuencia del Pecado

La muerte es una consecuencia directa de la separación entre el hombre y Dios. Cuando el hombre desobedeció, se separó de la fuente de la vida, que es Dios. La Biblia afirma:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23, RVR1960)

¿Por qué Dios impuso una consecuencia tan severa? ¿Por qué la desobediencia del hombre trajo la muerte no solo para él, sino para toda la humanidad? La respuesta está en la naturaleza santa y justa de Dios. Él es santo y justo, y el pecado no puede permanecer en Su presencia. La desobediencia rompió la comunión perfecta que el hombre tenía con Dios, haciendo de la muerte una consecuencia inevitable de esta separación.

La muerte no es solo una consecuencia individual, sino también una herencia que afecta a toda la humanidad. La Biblia explica:

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12, RVR1960)

La Esperanza de la Salvación en Cristo

A pesar de la realidad de la muerte, la Biblia señala la esperanza de la salvación. Dios prometió enviar un Salvador para restaurar la relación entre el hombre y Él, trayendo vida eterna. Esta promesa se cumplió en Jesucristo, quien vino al mundo para morir por nuestra desobediencia y resucitar para darnos vida eterna.

La muerte sigue siendo parte de nuestra realidad, pero ya no es el fin de la historia. La resurrección de Jesús derrotó a la muerte, y la Biblia asegura que todos los que creen en Él tendrán vida eterna. La creación será restaurada para la gloria de Dios, y la muerte será vencida para siempre.

Vida en Abundancia: El Propósito Original de Dios

La muerte es una realidad innegable de la existencia humana, pero no es el propósito para el cual fuimos creados. La Biblia enseña que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, colocado en el Jardín del Edén para vivir en comunión perfecta con Él. El hombre tenía acceso ilimitado a los recursos del huerto, excepto al árbol de la ciencia del bien y del mal.

Por lo tanto, la muerte no forma parte del propósito original de Dios para la humanidad. Es una consecuencia de la desobediencia, una ruptura en la relación perfecta con Dios. Aun así, Dios no abandonó Su creación. Proveyó un plan para restaurar la comunión con el hombre y ofrecer vida eterna a través de Su Hijo, Jesucristo.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10:10, RVR1960)

Esta vida abundante no se refiere solo a la eternidad, sino también a una vida plena y significativa aquí en la tierra. Jesús vino a liberarnos del poder del pecado y de la muerte, para que podamos vivir la vida que Dios planeó para nosotros.

¿Cómo Experimentar la Vida en Abundancia?

¿Cómo podemos vivir esta vida abundante? La respuesta está en Jesucristo. Al creer en Él como nuestro Señor y Salvador, somos reconciliados con Dios y recibimos la vida eterna. Además, recibimos el Espíritu Santo, quien nos capacita para vivir una vida plena.

El Espíritu Santo nos da fuerza para vencer el pecado y vivir según la voluntad de Dios. Nos concede dones espirituales para servir a Dios y a los demás, junto con la paz que sobrepasa todo entendimiento, incluso en medio de las dificultades de la vida.

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Estudios bíblicos

Estudio sobre Romanos 8 – La Nueva Vida Bajo la Gracia

by Ministério Veredas Do IDE octubre 26, 2025
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En el estudio bíblico sobre Romanos 8, encontramos valiosas enseñanzas sobre cómo vivir una nueva vida bajo la gracia, marcada por la santidad y la adopción espiritual. Antes de avanzar, es fundamental comprender el significado de la gracia según la Biblia.

¿Qué es la Gracia Divina?

La gracia representa el favor incondicional e inmerecido de Dios hacia la humanidad. Es la expresión del amor divino manifestada en el perdón, la misericordia y la salvación ofrecida a todos, sin distinción. La gracia divina es un regalo que no puede ser conquistado por méritos humanos, sino que se concede gratuitamente como un acto de amor y bondad divina.

Por lo tanto, ahora no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. (Romanos 8:1, RVR1960)

El apóstol Pablo enseña que, alejados de la gracia de Cristo, llevamos una vida de miseria y derrota, convirtiéndonos en cautivos del pecado. En contraposición, cuando elegimos vivir en santidad, encontramos liberación de la condenación y victoria sobre el pecado. Esto solo es posible para el cristiano que mantiene una comunión constante con Dios.

La Importancia de la Comunión con Dios

Es esencial buscar diariamente la presencia del Señor, fortaleciendo la fe y la conexión espiritual. Al cultivar una vida de oración, estudio de la Palabra y práctica del amor al prójimo, nos acercamos a la gracia de Dios y nos alejamos de las trampas del pecado.

Como cristianos, debemos comprender que el camino de la fe es una caminata construida diariamente, en la cual el apoyo y la comunión con otros hermanos en la fe también desempeñan un papel fundamental. Así, al seguir las enseñanzas de Cristo y buscar la santidad, encontramos la verdadera libertad y alegría que provienen de la comunión con el Padre Celestial.

Al recibir al Espíritu Santo y permitir que Él nos guíe, nos liberamos de las cadenas del pecado y avanzamos hacia una nueva vida bajo la gracia y la glorificación en Cristo.

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que era imposible para la ley, por cuanto estaba debilitada por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:2-4, RVR1960)

La Ley del Espíritu de Vida

La ley del Espíritu de vida mencionada en Romanos 8:2-4 representa el poder y la vida del Espíritu Santo actuando en la vida de los hijos de Dios. Cuando el Espíritu Santo entra en nuestras vidas, somos liberados automáticamente del poder del pecado. La plenitud de la ley del Espíritu Santo se manifiesta cuando nos dedicamos a seguir sus orientaciones. Al comprometernos con la obediencia, percibimos un nuevo poder actuando en nosotros, capacitándonos para vencer el pecado.

Jesús nos liberó de la condenación del pecado y de la muerte. Sin embargo, al permitir que el pecado nos domine, nos convertimos en esclavos de él y volvemos a estar bajo la ley del pecado, sujetos a la muerte física y espiritual. Pero, cuando seguimos la ley del Espíritu Santo, somos conducidos a la vida eterna y alcanzamos la libertad.

Comprendamos que, al elegir vivir en conformidad con las enseñanzas de Jesús y permitir que el Espíritu Santo guíe nuestras acciones y actitudes, experimentamos esta nueva vida, es decir, una transformación interior que nos libera de las cadenas del pecado. En lugar de ser esclavos de nuestras debilidades e imperfecciones, somos fortalecidos por la gracia de Dios y encontramos el verdadero camino hacia la libertad y la vida abundante. Seguir los principios de Cristo, practicando el amor, la compasión y la bondad, nos hace verdaderamente libres para vivir en plenitud y en armonía con el propósito divino para nuestras vidas.

Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva gratuita de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23, RVR1960)

Las Consecuencias del Pecado y la Promesa de la Vida Eterna

Cuando la Biblia afirma que la paga del pecado es la muerte, nos advierte que las consecuencias de nuestras acciones no siempre son inmediatas, pero pueden manifestarse de maneras inesperadas y a menudo dolorosas. La «paga del pecado» puede entenderse como las repercusiones negativas de nuestras elecciones erradas, que afectan no solo a nosotros mismos, sino también a aquellos que nos rodean. Es un recordatorio para ser conscientes de nuestros actos y buscar siempre el camino de la rectitud y el amor al prójimo.

Romanos 6:23 nos alerta no solo sobre la muerte física, sino también sobre la muerte espiritual, pues el pecado nos separa de Dios, dejándonos perdidos, vacíos y extremadamente vulnerables a las trampas del enemigo. Sin embargo, es importante recordar que la redención y el perdón están siempre a nuestro alcance. Así como la primavera sucede al invierno, la esperanza y la renovación pueden florecer en nuestras vidas, trayendo luz y calor incluso en los momentos más oscuros. Reconociendo nuestros errores, buscando el perdón divino, fortaleciendo la fe y perseverando, podemos superar cualquier obstáculo y encontrar el camino de regreso a la presencia de Dios.

Cuando el Espíritu Santo tiene plena libertad para habitar, obrar y regir nuestra vida, se genera en nosotros la capacidad de vivir una vida de temor y obediencia a Dios, cumpliendo su ley. Esto revela la presencia de la justicia y la santidad divina.

Viviendo en Dualidad: Carne versus Nueva Vida Bajo la Gracia

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. (Romanos 8:5-14, RVR1960)

Vivir Según la Carne

Vivir según la carne implica desear y satisfacer los deseos pecaminosos inherentes a la naturaleza humana. Esto incluye encontrar placer y ocuparse de estos deseos, que abarcan no solo fornicación, adulterio, odio, ambición, egoísmo, ira, resentimiento y otras actitudes similares, sino también vicios como la pornografía, las drogas, el placer emocional y mental en escenas de sexo o cosas similares.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21, RVR1960)

Nueva Vida Bajo la Gracia

Vivir una nueva vida bajo la gracia significa vivir en obediencia y sumisión a los deseos del Espíritu Santo. Es esencial enfocarse en la voluntad de Dios y recordar constantemente que estamos siempre en Su presencia, siendo asistidos por Él en todo momento.

Al vivir conforme al Espíritu, encontramos paz y dirección para nuestras vidas. Seguir los deseos del Espíritu Santo nos lleva a tomar decisiones más sabias y a actuar con amor y compasión en nuestras interacciones diarias. Es un camino de crecimiento espiritual y fortalecimiento de nuestra fe, que nos permite experimentar la plenitud de la vida en comunión con Dios.

¿Es Posible Obedecer a la Carne y al Espíritu?

¡La respuesta es no! Es imposible satisfacer simultáneamente los deseos de la carne y los deseos de Dios. Cuando cedemos a los deseos de la carne y nos entregamos al pecado, nos convertimos en enemigos de Dios, lo que puede llevar a la condenación eterna.

La santidad es uno de los atributos de Dios que se manifiesta en Su pureza, perfección e infinita bondad. La santidad de Dios es la esencia de Su naturaleza divina, reflejando Su absoluta separación del mal y Su inmaculada perfección. Dios desea que, así como Él es santo, busquemos una vida de santidad para vivir en armonía y comunión con Él. La búsqueda de la santidad nos permite crecer espiritualmente y acercarnos a la esencia divina. Al cultivar virtudes como el amor, la compasión, la gratitud y el perdón, presentes en Gálatas 5:16-26, nos volvemos más semejantes a Dios. Al seguir este camino, no solo nos acercamos a Dios, sino que también ayudamos a construir un mundo mejor, lleno de paz y amor, donde las personas a nuestro alrededor puedan ver a Dios en nuestras vidas a través de nuestras acciones y estilo de vida.

Cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, el Espíritu Santo comienza a habitar en nosotros. Hay una batalla constante contra todo lo que busca restringir la obra de Dios en nuestras vidas. El enemigo trabaja incansablemente para alejarnos de la presencia del Espíritu Santo, con el fin de atraernos de vuelta a un estilo de vida pecaminoso, buscando retomar el control sobre nosotros.

Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oíros. (Isaías 59:2, RVR1960)

En la batalla espiritual contra Satanás, es esencial estar preparados para vencer nuestras pasiones y deseos terrenales, resistiendo las tentaciones que llevan al pecado y siguiendo los designios de Dios. Si persistimos en prácticas pecaminosas como fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías, entre otras, estaremos caminando hacia la muerte espiritual al alejarnos de la comunión con Dios.

Cuando optamos por no luchar contra las inclinaciones del pecado, pasamos automáticamente de la vida espiritual a la muerte espiritual, es decir, perdemos el derecho a la vida eterna que recibimos al aceptar a Jesús. Sin embargo, es importante recordar que siempre podemos buscar el perdón y la redención a través del arrepentimiento sincero y la búsqueda de una vida más alineada con las enseñanzas de amor y compasión de Jesús. El camino de la fe y la renovación espiritual está siempre abierto para aquellos que desean reconciliarse con Dios y seguir en la carrera de la fe.

La Adopción Espiritual y la Herencia Divina

Ser guiados por el Espíritu Santo asegura nuestra salvación, al vivir en total santificación, separándonos y resistiendo los deseos pecaminosos del cuerpo y del mundo. Además de convertirnos en hijos de Dios al seguir la guía del Espíritu Santo, Él comienza a residir en nosotros, guiando nuestros pensamientos, acciones y palabras de acuerdo con los mandamientos divinos.

Todos nuestros impulsos son dirigidos por el Espíritu Santo, suprimiendo las obras pecaminosas, pues vivimos no según nuestros deseos, sino de acuerdo con la voluntad de Dios. Ser guiados por el Espíritu Santo significa recibir exhortación y advertencia, y debemos perseverar en la fe, resistiendo la apostasía de la fe en Cristo.

Solo cuando estamos en total comunión con la Palabra de Dios podemos escuchar al Espíritu Santo. Por eso, es crucial mantener una vida de oración y búsqueda constante de Dios. Para fortalecer la fe, es esencial buscar enseñanzas saludables que estén alineadas con la Palabra de Dios. Debemos practicar las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestro camino de fe, pues serán el fundamento y la estructura para nuestra caminata espiritual.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que también seamos glorificados con él. (Romanos 8:15-17, RVR1960)

La Realidad del Sufrimiento en la Vida Cristiana

Podemos comprender que vivir en el Espíritu Santo no es solo un camino de facilidades. Así como el Señor Jesucristo sufrió, nosotros, como sus seguidores, también estamos sujetos a experimentar momentos de alegría y sufrimiento.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. (Mateus 5:10-11, RVR1960)

Es importante recordar que, incluso ante las adversidades, nuestra fe y perseverancia nos fortalecen para vivir bajo la gracia y enfrentar los desafíos que surgen en nuestro camino. Como Jesús nos enseñó, la firmeza en nuestros principios y la confianza en la justicia divina nos guían hacia la superación de las tribulaciones. Por lo tanto, al enfrentarnos a momentos de dificultad, debemos recordar las palabras del Señor y mantener nuestra esperanza y amor inquebrantables. Porque, como se prometió, la recompensa de aquellos que permanecen fieles es el reino de los cielos. Que podamos seguir el ejemplo de Cristo, viviendo con compasión y perdón, incluso ante las pruebas que la vida nos presenta.

Sufrimos en el camino de la fe porque somos de Dios, hacemos Su voluntad y aborrecemos el mundo por ser diferentes.

octubre 26, 2025 0 comments
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