¡Qué alegría que deseas aceptar a Jesús como tu único y suficiente Salvador! La Biblia es clara: solo por medio de Cristo Jesús llegaremos al cielo.
«Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.» (Juan 1:12)
Aceptar a Jesucristo como único y suficiente Salvador es dejar de ser solo criatura y convertirse en hijo amado de Dios. Es elegir caminar en la luz, porque antes vivíamos en tinieblas, sin dirección y sin salvación. El propio Jesús declaró:
«Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» (Juan 8:12)
Jesús promete que todo aquel que decida seguirlo siempre andará en la luz.
El deseo de aceptar a Jesús nace en lo más profundo del corazón, tal vez por una palabra, un mensaje o una invitación a la iglesia. De repente se enciende una pasión inmensa por el Señor Jesús y queremos vivir con Él cada día.
Ese deseo nace porque el mismo Jesús está tocando suavemente la puerta de tu corazón todos los días:
«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.» (Apocalipsis 3:20)
Jesús nunca forzará la entrada. Él espera con ansias el momento en que tú, por tu libre albedrío, decidas abrirle el corazón de forma espontánea y sincera.
La promesa de salvación no se limita solo a quien acepta a Jesús, sino que se extiende a toda su casa:
«Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.» (Hechos 16:31)
No importa cuán grandes sean tus pecados ni lo que hayas hecho hasta hoy. Lo que importa es lo que ocurre de ahora en adelante. Cuando confesamos que somos pecadores y llevamos nuestros pecados a Jesús, Él es fiel y justo para perdonarnos:
«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» (1 Juan 1:9)
Y la Palabra aún declara:
«Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.» (Hechos 2:21)
Oración sencilla para aceptar a Jesús ahora mismo
Si este deseo está en tu corazón, ora conmigo con fe:
“Señor Jesucristo, entro en tu santísima presencia. Tú eres el Rey de reyes y Señor de todo. Reconozco que soy pecador(a) y necesito tu perdón. Te pido perdón por todos mis pecados. Escribe mi nombre en tu Libro de la Vida y nunca lo borres. Ven a vivir en mi corazón. Hoy entrego por completo mi vida a Ti: ya nada es mío, todo es tuyo. Te acepto como mi único y suficiente Salvador. ¡Amén!”
Si oraste esta oración con corazón sincero, ¡felicidades! ¡Acabas de nacer de nuevo!
«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» (Gálatas 2:20)
Próximos pasos importantes
- Busca hoy mismo una iglesia evangélica cercana y comienza a adorar a Dios.
- Cuéntale a alguien lo que acaba de suceder en tu vida.
- Empieza a leer la Biblia todos los días (comienza por el Evangelio de Juan).
- Ora cada día, hablando con Dios como con un Padre amoroso.
¡Que el Señor derrame bendiciones del cielo sobre ti y toda tu familia! Que su gracia, paz y poder acompañen cada paso de tu nueva caminata con Cristo.