Seguridad en el Lugar Secreto del Altísimo
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. (Salmos 91:1, RVR1960)
Dios desea brindar seguridad a sus hijos y a todos aquellos que se colocan bajo su voluntad y protección omnipresente. En otras palabras, la protección divina está disponible en todo lugar para quienes buscan a Dios y permanecen constantemente en su presencia.
Habitar en el lugar secreto del Altísimo significa que, cuanto más nos acercamos a Dios y a su Palabra, más nos concede paz y liberación ante los peligros que nos rodean. Esta intimidad con el Señor trae descanso y seguridad.
Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. (Salmos 91:2, RVR1960)
El salmista, profundamente conectado con Dios, declara con convicción que el Señor es su refugio y fortaleza. Esta declaración revela una relación íntima, mostrando que Dios se acerca a aquellos que confían en Él.
Liberación de Trampas y Enfermedades
Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. (Salmos 91:3, RVR1960)
Solo Dios tiene el poder de librarnos de las trampas malignas de este mundo. Él demuestra su cuidado al protegernos de enfermedades mortales, garantizando seguridad en medio de los peligros.
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. (Salmos 91:4, RVR1960)
El cuidado de Dios se compara con un ave que protege a sus crías bajo sus alas. Su fidelidad es nuestra armadura, un escudo que nos defiende de todo mal.
No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. (Salmos 91:5-6, RVR1960)
Cuando cultivamos intimidad con Dios, esta conexión nos hace tan confiados que ningún terror, sea de día o de noche, puede perturbarnos. La presencia divina disipa todo temor.
La Protección Inquebrantable de Dios
Caerán mil a tu lado, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. (Salmos 91:7-11, RVR1960)
El salmista describe la seguridad inquebrantable de aquellos que confían en Dios. Aunque muchos perezcan a nuestro alrededor, quienes hacen del Señor su refugio permanecerán protegidos. Dios envía a sus ángeles para guardarnos en todos nuestros caminos, asegurando que ningún mal ni plaga se acerque.
Victoria Sobre el Mal y Promesa de Liberación
En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y a la serpiente. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. (Salmos 91:12-14, RVR1960)
Dios promete liberación a quienes lo aman y confían en su poder. Nos capacita para vencer peligros, simbolizados por el león y la serpiente, y nos coloca en un lugar seguro porque conocemos y honramos su nombre.
Respuesta Divina y Vida Abundante
Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. (Salmos 91:15-16, RVR1960)
Cuando clamamos al Señor, Él escucha nuestro clamor y promete estar con nosotros en todo momento. En tiempos de dificultad, Dios nos rescata, nos honra y nos concede una vida larga y la salvación como recompensa por nuestra fidelidad.
Llamado a la Acción
Que podamos compartir esta palabra de fe con aquellos que aún no han tenido un encuentro con Dios. El mensaje de Salmos 91 nos invita a confiar en la protección divina y a vivir bajo la sombra del Altísimo.
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