Al hablar del bautismo en el Espíritu Santo, podemos comprender que este debe ser un deseo ardiente en el corazón de quienes sirven a Jesucristo. El bautismo en el Espíritu Santo es un revestimiento de poder y autoridad espiritual, concedido a quienes buscan a Dios y Su Palabra.
Este bautismo es otorgado a todos aquellos que, con fe, profesan a Jesucristo como Señor y Salvador, reconociendo la necesidad de nacer de nuevo y permitiendo que el Espíritu Santo habite en sus corazones.
La Misión de Jesús: Bautizar con el Espíritu Santo
Jesucristo tenía como objetivo principal bautizar a Su pueblo en el Espíritu. Esto se hace evidente en las palabras de Juan el Bautista:
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. (Mateo 3:11)
Juan el Bautista declaraba que bautizaba con agua para el arrepentimiento, pero aquel que vendría después de él —más poderoso y superior— bautizaría con el Espíritu Santo y con fuego. Enseñaba que la obra del Mesías incluía revestir a Sus seguidores con el Espíritu Santo, capacitándolos para vivir por Cristo y testificar de Sus obras.
El Llamado a Esperar y Orar
Jesús ordenó a Sus discípulos que no comenzaran a testificar hasta que fueran bautizados en el Espíritu Santo y revestidos de poder desde lo alto:
Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. (Lucas 24:49)
Los discípulos esperaron esta promesa con oración perseverante, y todo cristiano que anhela el bautismo en el Espíritu Santo debe hacer lo mismo, buscando a Dios en oración con fe y determinación.
El día de la resurrección, Jesús sopló sobre los discípulos y dijo:
Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. (Juan 20:22)
Este momento marcó la entrada inédita del Espíritu Santo en los discípulos, habitando en ellos e iniciando su regeneración espiritual. Sin embargo, el bautismo en el Espíritu Santo, con poder y autoridad, ocurrió más tarde, en el día de Pentecostés:
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. (Hechos 1:5)
El bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia distinta, posterior a la regeneración, reservada para el día de Pentecostés y más allá, tras la ascensión de Cristo.
¿Quién es el Espíritu Santo?
Jesús llama al Espíritu Santo “Consolador”, alguien que está a nuestro lado para ayudarnos, fortalecernos, aconsejarnos e interceder. Es nuestro socorro, abogado, aliado y amigo.
Cuando Jesús prometió enviar “otro Consolador”, indicó que el Espíritu Santo continuaría Su obra en la tierra, guiando, consolando e intercediendo por los discípulos:
Y de la misma manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Romanos 8:26-27)
Así como Jesús intercede por nosotros en el cielo, el Espíritu Santo es nuestro intercesor en la tierra, habitando en nosotros y guiándonos.
Resultados del Bautismo en el Espíritu Santo
El bautismo en el Espíritu Santo transforma la vida del creyente, produciendo frutos espirituales visibles. Entre los principales resultados, destacan:
- Mensajes Proféticos y Adoración Espiritual:¿Qué haré, pues? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento. (1 Corintios 14:15)
- Sensibilidad al Pecado y Búsqueda de la Justicia:Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:8)
- Una Vida que Glorifica a Cristo:Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:13-14)
- Visiones y Revelaciones Espirituales:Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños. (Hechos 2:17)
- Manifestación de Dones Espirituales:Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a uno es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu; a otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. (1 Corintios 12:4-10)
- Mayor Deseo de Orar e Interceder:Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:41-42)
- Amor y Comprensión de la Palabra de Dios:Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. (Juan 16:13)
- Convicción Creciente de Dios como Nuestro Padre:Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:15-16)
¿Cómo Recibir el Bautismo en el Espíritu Santo?
La Biblia establece condiciones para recibir el bautismo en el Espíritu Santo, que incluyen:
- Aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador: La fe en Cristo es el fundamento para recibir el Espíritu.
- Arrepentimiento y Abandono del Pecado: Debemos apartarnos del pecado y de las cosas del mundo, viviendo en santidad.
- Sumisión a Dios: Una vida consagrada, siendo un “vaso de honra, santificado y útil para el Señor”.
- Deseo Ardiente por el Bautismo: Debemos cultivar un hambre y sed ardientes por el revestimiento del Espíritu.
- Oración Perseverante: Muchos reciben el bautismo como respuesta a oraciones constantes.
- Confianza en la Promesa de Dios: Debemos creer que Dios nos bautizará en el Espíritu Santo.
El bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia única, pero su vitalidad depende de una vida continua de oración, testimonio, adoración y comunión. Sin estos elementos, la experiencia inicial puede desvanecerse. La Biblia también habla de renovaciones posteriores, manteniendo la relación con el Espíritu viva y activa.
El Espíritu Santo: Nuestro Amigo y Consejero
El Espíritu Santo es nuestro amigo, consejero y compañero en el camino de la fe. Debemos cultivar una relación diaria con Él, compartiendo nuestras dificultades, expresando nuestro amor y adoración, y reconociendo Su importancia en nuestras vidas.
No importa cuánto tiempo hayamos estado buscando el bautismo en el Espíritu Santo; debemos perseverar en la oración, confiando en que Dios nos revestirá de poder y autoridad para realizar maravillas en Su obra. Él surely nos bautizará en el Espíritu Santo en el momento señalado, si continuamos buscándolo con fe.