Filipenses 4:6 es un versículo que habla de la importancia de la oración y la comunión con Dios. El versículo dice: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en todas las cosas, con oración y ruego, con acción de gracias».
Este versículo nos enseña que debemos orar en todo momento y no solo cuando estemos pasando por problemas o dificultades. Necesitamos estar en constante comunión con Dios, buscando su rostro y dándole gracias por las cosas buenas que ha hecho en nuestras vidas.
En todo dad gracias, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18 La
oración es una forma en que podemos expresar nuestros deseos y necesidades a Dios. Cuando oramos, estamos haciendo un pacto con Dios de que estamos dispuestos a obedecerle y seguir Su voluntad. Dios siempre nos escucha y contesta nuestras oraciones de acuerdo a Su voluntad y plan perfecto para nuestras vidas.
La oración también nos ayuda a mantener un corazón humilde y sumiso a Dios. Cuando oramos, reconocemos que dependemos de Él y que necesitamos Su ayuda en todas las áreas de nuestra vida. Esto nos lleva a una vida de gratitud y adoración, ya que reconocemos que todo lo que tenemos proviene de él.
Él responderá a la oración de los desamparados, y su oración no será despreciada. Salmo 102:17
Por lo tanto, el versículo nos enseña que debemos buscar el rostro de Dios en todas las cosas, orando y dándole gracias por las bendiciones que nos ha otorgado.
No se inquiete por nada: la ansiedad puede ser una enfermedad del siglo 21. Con todas nuestras responsabilidades y problemas, es fácil dejar que la ansiedad se apodere de nuestras vidas. La Palabra de Dios, sin embargo, nos llama a dejar de lado la ansiedad y confiar en Dios.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad se puede definir como un sentimiento de miedo, preocupación o ansiedad con respecto a un evento futuro o incierto.
Mateo 6:26-30 – Mirad las aves del cielo, que ni siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial les da de comer. ¿No eres tú mucho más valioso que ellos?
¿Y quién de vosotros, con todo su cuidado, podrá añadir un codo a su estatura?
Y en cuanto a la ropa, ¿por qué te preocupas? Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
Y os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.
Porque si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es, y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
La ansiedad puede ser causada por una variedad de factores, incluidos problemas financieros, problemas de salud, estrés en el trabajo o en el hogar, o preocupaciones por los niños. La ansiedad también puede ser causada por eventos traumáticos o estresantes del pasado que aún afectan a la persona.
¿Por qué la ansiedad es un problema?
La ansiedad puede convertirse en un problema cuando comienza a interferir con la vida diaria de una persona. La ansiedad puede causar problemas en el trabajo, las relaciones, la salud física y mental e incluso los hábitos de sueño. La ansiedad puede ser tan intensa que la persona puede evitar situaciones que podrían desencadenar un ataque de ansiedad.
Mateo 11:28-30 – Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.
¿Cómo habla la Biblia acerca de la ansiedad?
La Biblia habla de la ansiedad en varios lugares. En Mateo 6:25-34, Jesús habla sobre el peligro de la ansiedad, diciendo: “Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni de vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que ni siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial les da de comer. ¿No eres tú mucho más valioso que ellos? ¿Y quién de vosotros, con todo su cuidado, podrá añadir un codo a su estatura? Y en cuanto a la ropa, ¿por qué te preocupas? Mirad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Y os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Porque si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es, y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos? Porque todas estas cosas buscan los gentiles. Seguramente vuestro Padre celestial bien sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas; Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por lo tanto, no te preocupes por el mañana, porque el mañana se arreglará solo. Suficiente para el día es su mal.”
En Lucas 12:22-34, Jesús habla de la ansiedad de manera un poco diferente, diciendo: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, en cuanto a lo que habéis de vestir. La vida es más que comida, y el cuerpo es más que ropa. Considera los cuervos, que ni siembran ni siegan; y que no tienen despensa ni granero; y Dios los alimenta. ¿Cuántos de vosotros, por vuestra ansiedad, podréis añadir un solo codo a vuestra estatura? Y sobre la ropa, ¿por qué te preocupas? Considere los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Y sin embargo os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al fuego, ¿cuánto más vosotros, hombres de poca fe? No os preocupéis diciendo: ¿Qué comeremos? o, ¿qué beberemos? o, ¿de qué nos vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial bien sabe que los necesitaréis a todos. Mas buscad primeramente su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. No te preocupes, pues, por el mañana; porque el mañana se cuidará solo. Suficiente para el día es su mal.”
IV. ¿Cómo podemos superar la ansiedad?
La Biblia nos da algunos consejos sobre cómo vencer la ansiedad. En Mateo 6:25-34, Jesús nos enseña a no preocuparnos por las cosas materiales de la vida, diciendo: Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, por lo que comeréis, ni por el cuerpo, sobre lo que vestiréis. La vida es más que comida, y el cuerpo es más que ropa. Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan, ni despensa ni granero, y Dios los alimenta; ¿Cuánto más vales tú que los pájaros? ¿Y quién de vosotros, por ser prudente, puede añadir un codo a su estatura? Bueno, si ni siquiera puedes hacer las cosas más pequeñas, ¿por qué te preocupas por los demás? Considera los lirios, cómo crecen; no trabajan ni hilan; y os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa en el horno, ¿cuánto más vosotros, hombres de poca fe? No preguntes, pues, qué has de comer o qué has de beber, y no te turbes. Porque las naciones del mundo buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre sabe que los necesitáis. Buscad más bien el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vende lo que tienes y da limosna. Háganse bolsas que no se envejezcan; tesoro en el cielo que nunca se agota, donde ladrón no se acerca y la polilla no roe. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
La ansiedad puede ser un problema grave, pero la Biblia nos da algunas formas de superarla. Podemos vencer la ansiedad buscando primero el reino de Dios y su justicia y confiando en que Dios proveerá para todas nuestras necesidades.