Por tanto, Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo hizo; hombre y mujer los hicieron.
Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, los hizo a Su imagen. Esto significa que somos seres espirituales, con una mente, un corazón y una voluntad. Tenemos la capacidad de amar, de pensar y de elegir.
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y Dios creó al hombre a su propia imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. – Génesis 1:26,27
Tenemos la capacidad de crear y tener relaciones. Dios nos creó para ser sus amigos y socios. Él quiere que lleguemos a relacionarnos con Él y con los demás de una manera que refleje Su naturaleza amorosa.
Cuando miramos la Biblia, vemos que Dios siempre ha estado interesado en nuestra relación con Él. Él nos creó para amarnos y darnos vida eterna. Dios quiere que nos relacionemos con Él de una manera sana y satisfactoria.
Sin embargo, el hombre cayó en pecado y rompió su relación con Dios. La Biblia dice que el resultado del pecado es la muerte, tanto espiritual como física. Pero Dios ama al hombre y quiere restaurar nuestra relación con Él.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. – Romanos 6:23
La Biblia dice que Dios envió a Su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar. Jesús murió para que pudiéramos ser perdonados y tener vida eterna. Si quieres relacionarte con Dios, debes aceptar a Jesucristo como tu Salvador.
Una vez que tienes una relación con Jesús, empiezas a ver la vida de una manera diferente. Empiezas a ver las cosas a la manera de Dios. Comienzas a relacionarte con Dios de una manera que es saludable y satisfactoria para ti.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. – Juan 14:6
También comienzas a relacionarte con los demás de una manera diferente. Empiezas a amar a las personas como Dios las ama. Empiezas a ver a las personas como seres espirituales que necesitan un Salvador.
Cuando comenzamos a ver a las personas de esta manera, nuestras relaciones comienzan a reflejar la naturaleza de Dios. Empezamos a amar a las personas como Él las ama. Empezamos a servir a la gente como Él nos sirvió a nosotros.
Comenzamos a vivir de una manera que refleja la naturaleza de Dios. Esto nos ayuda a crecer en nuestras relaciones con Él y con los demás.
¿Qué significa, hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza?
La expresión «hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» es una referencia a la creación del hombre descrita en el primer libro de la Biblia, Génesis. En este texto, Dios crea al hombre a Su imagen y semejanza, lo que significa que el hombre es creado como una criatura espiritual, con la capacidad de amar y relacionarse con Dios.
A lo largo de la historia, la expresión “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” ha sido interpretada de diferentes maneras. Algunos interpretan la expresión literalmente como una indicación de que el hombre fue creado como una copia exacta de Dios. Otros interpretan la expresión como una referencia a la capacidad del hombre para relacionarse con Dios, amar y seguir su voluntad.
Cualquiera que sea la interpretación, la expresión «hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» es una referencia importante a la naturaleza del hombre y su relación con Dios.
La imagen de Dios en el hombre.
El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Génesis 1:26-27 dice: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Dios creó al hombre a Su imagen, para que todos los seres humanos reflejen la naturaleza de Dios hasta cierto punto.
La imagen de Dios es la esencia de lo que es ser humano y está presente en todos los seres humanos, sin distinción de raza, etnia o religión. La imagen de Dios no es una característica física, sino una esencia espiritual que diferencia al hombre de los animales. Dios creó al hombre a Su imagen para que pudiéramos tener una relación con Él.
La imagen de Dios está ligada a nuestra humanidad, nuestra capacidad de razonar, nuestra conciencia, nuestra moral y nuestra espiritualidad. La imagen de Dios no es algo que podamos ver, sino algo que está dentro de nosotros. La imagen de Dios nos da la capacidad de amar, de tener compasión, de perdonar y de tener una relación con Dios.
La imagen de Dios nos da la capacidad de crear, de tomar la iniciativa, de tener un propósito en la vida. La imagen de Dios nos da la capacidad de relacionarnos unos con otros de manera significativa y de tener un impacto positivo en el mundo que nos rodea. La imagen de Dios nos da la capacidad de hacer una diferencia en el mundo.
La Biblia dice en Efesios 4:24 que debemos “vestirnos de la nueva naturaleza, creados a imagen de Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Todos los seres humanos fueron creados a imagen de Dios, pero a lo largo de la historia, la imagen de Dios ha sido estropeada por el pecado. A causa del pecado, la imagen de Dios en nosotros está rota y necesita ser restaurada.
La buena noticia es que cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, Él nos da una nueva naturaleza y nos ayuda a ser transformados a Su imagen. La Biblia dice en 2 Corintios 3:18 que “nuestro espíritu se renueva cada día”. A medida que nos relacionamos con Jesucristo, Él nos transforma a Su imagen y nos ayuda a vivir de acuerdo con Su voluntad.
Adán y Cristo.
Adán y Cristo son figuras importantes en la Biblia. Adán es considerado el primer hombre, mientras que Cristo es considerado el Salvador. Ambas figuras son importantes para la historia de la salvación, y ambas se consideran tipos de Cristo.
Adán fue el primer hombre en pecar. Su caída representa la caída del hombre, y su arrepentimiento representa el arrepentimiento del hombre. Jesús es reconocido como Cristo porque fue el único hombre que vivió una vida perfecta. Su muerte representa la muerte del hombre, y su resurrección representa la resurrección del hombre.
Hagamos al hombre a nuestra imagen.
Es importante notar que aunque Dios creó al hombre a Su imagen, esto no significa que el hombre sea perfecto. En Génesis 1:27 leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” De este versículo, podemos ver que la imagen de Dios está presente tanto en el hombre como en la mujer.
La imagen de Dios está presente en el hombre porque fue creado a imagen de Dios. Sin embargo, a lo largo de la historia, el hombre ha estado marcado por el pecado y, en consecuencia, está lejos de ser perfecto. La Biblia muestra que la imagen de Dios está siendo restaurada en el hombre a medida que se arrepiente de sus pecados y sigue a Jesucristo.
En Génesis 9:6 leemos: “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios hizo él al hombre.” Este versículo muestra que debido a la imagen de Dios en el hombre, la vida del hombre tiene un valor especial. La vida del hombre es sagrada porque fue creado a imagen de Dios.
A lo largo de la historia, muchas personas han sido perseguidas y asesinadas por su fe en Jesucristo. Sin embargo, la Biblia enseña que la vida del creyente está segura en las manos de Dios. En Juan 10:28-29 leemos: “Yo les doy vida eterna, y no perecerán, ni nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las dio, es mayor que todos; y nadie las podrá arrebatar de la mano del Padre.”