Mateo 18:21-22 – ¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano cuando peca contra mí?

By Published On: 2 de mayo de 2023

El Poder del Perdón – Un Estudio Bíblico en Mateo […]

El Poder del Perdón – Un Estudio Bíblico en Mateo 18:21-22

“Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano cuando peca contra mí? ¿Hasta siete veces? Respondió Jesús: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. (Mateo 18:21-22)

El perdón es una de las mayores virtudes cristianas y es esencial para nuestra vida espiritual. Jesús enseñó sobre el poder del perdón en muchas ocasiones y Mateo 18:21-22 es uno de esos ejemplos. En este estudio bíblico, vamos a explorar el significado del perdón y lo que dice la Biblia al respecto.

¿Qué es el perdón?

El perdón es la acción de liberar a alguien de la culpa o castigo de un error u ofensa. Es la decisión de dejar ir la ira, la amargura y el deseo de venganza hacia la persona que nos ha ofendido. El perdón es un proceso que puede ser difícil y doloroso, pero es esencial para nuestra vida espiritual.

¿Por qué debemos perdonar?

Hay muchas razones por las que debemos perdonar. Primero, Dios nos ha perdonado y nos ha llamado a perdonar a los demás. En Efesios 4:32 , leemos: “Sed bondadosos y misericordiosos unos con otros, perdonándoos unos a otros, así como Dios os perdonó a vosotros en Cristo”. Dios nos perdonó a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz. Debemos perdonar a los demás porque fuimos perdonados primero.

Otra razón para perdonar es que el perdón libera el poder de Dios en nuestras vidas. Cuando perdonamos, nos rendimos a Dios y permitimos que Él obre en nuestros corazones. En Mateo 6:14-15 , Jesús dijo : “Porque si os perdonáis las ofensas de los demás, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no os perdonáis unos a otros, el Padre celestial no os perdonará vuestras ofensas”. Cuando perdonamos, Dios puede perdonarnos y liberar Su gracia y poder en nuestras vidas.

¿Qué no es el Perdón?

Antes de continuar, es importante comprender qué no es el perdón. Perdonar no es olvidar lo que la persona ha hecho o restarle importancia a la gravedad de la ofensa. Perdonar no significa que la persona que nos ha agraviado no tenga que afrontar las consecuencias de sus actos. Tampoco significa que debamos seguir teniendo una relación cercana con la persona que nos ha ofendido si no se arrepiente y cambia su comportamiento.

¿Cuántas veces debemos perdonar?

Pedro le preguntó a Jesús cuántas veces debía perdonar a su hermano y le sugirió siete veces. Jesús respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». Esto significa que no hay límite para el perdón. Debemos estar dispuestos a perdonar siempre que alguien nos ofenda, sin importar cuántas veces suceda.

¿Qué pasa si no perdonamos?

Si no perdonamos, puede generar amargura y resentimiento en nuestros corazones, lo que puede afectar nuestra vida espiritual y nuestras relaciones. Además, la falta de perdón puede alejarnos de Dios. En Marcos 11:25-26, Jesús dijo: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre celestial os perdone a vosotros vuestros pecados. Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre celestial perdonará vuestros pecados . ” Es importante que practiquemos el perdón para recibir el perdón de Dios.

¿Cómo podemos perdonar?

Perdonar puede ser difícil, pero es posible con la ayuda de Dios. Aquí hay algunos pasos que podemos tomar para perdonar:

  1. Reconocer el dolor que ha causado la ofensa: Es importante reconocer y aceptar el dolor que ha causado la ofensa. Ignorar el dolor o fingir que no existe no ayuda al proceso de perdón.
  2. Decide perdonar: Perdonar es una decisión que tomamos. Necesitamos estar dispuestos a dejar atrás la ira y la amargura y permitir que Dios obre en nuestros corazones.
  3. Ore: Ore por aquellos que nos han hecho mal y por nosotros mismos. Pídele a Dios que te ayude a perdonar y que obre en sus corazones.
  4. Elige el amor: En lugar de atascarte en la amargura y la ira, elige el amor. Ama a la persona que te ha ofendido y ora para que Dios pueda cambiar su corazón.
  5. Ten paciencia: El perdón es un proceso. No sucede de la noche a la mañana. Ten paciencia contigo mismo y con los que te han ofendido.

El perdón es esencial para nuestra vida espiritual y nuestras relaciones. Debemos estar dispuestos a perdonar siempre que alguien nos ofenda y reconocer que el perdón es un proceso. No hay límite para el perdón y debemos perdonar porque Dios nos perdonó primero. Cuando perdonamos, liberamos el poder de Dios en nuestras vidas y recibimos Su gracia y misericordia.

“Sed bondadosos y misericordiosos unos con otros, perdonándoos unos a otros, así como Dios os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).

El reto de perdonar setenta veces siete veces

En el libro de Mateo 18:21-22, Pedro se acerca a Jesús y le pregunta: “Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano cuando peca contra mí? ¿Hasta siete veces? Jesús responde: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.

Esta respuesta de Jesús pudo haber sorprendido a Pedro, quien probablemente pensó que siete veces era un límite generoso. Pero Jesús no puso un límite al perdón. En cambio, pidió a sus discípulos que perdonaran cada vez que alguien los ofendía.

La verdad es que todos necesitamos el perdón de Dios. Pecamos contra Él todos los días y necesitamos Su gracia y misericordia. Y así como necesitamos el perdón de Dios, también necesitamos perdonar a quienes nos ofenden. No hay límite para el perdón porque Dios no tiene límite para perdonar.

La parábola del siervo que no perdona

Inmediatamente después de responder la pregunta de Pedro, Jesús contó una parábola sobre un siervo que no perdona en Mateo 18:23-35 . La historia comienza con un rey que quería ajustar cuentas con sus sirvientes. Uno de sus sirvientes le debía al rey una enorme cantidad de dinero y no podía devolverlo. El rey ordenó que el sirviente y su familia fueran vendidos como esclavos para pagar la deuda.

El sirviente suplicó clemencia y el rey se apiadó de él, cancelando su deuda. Sin embargo, al poco tiempo de ser perdonado, el sirviente encontró a un colega que le debía una pequeña cantidad de dinero. Exigió que el colega pagara la deuda de inmediato, y cuando el colega no pudo pagar, el sirviente lo metió en prisión.

Los otros sirvientes se indignaron por la actitud del sirviente despiadado y le contaron al rey lo que había sucedido. El rey se enojó y llamó al sirviente. Le dijo al sirviente que, como no había mostrado piedad, sería entregado a torturadores hasta que pagara toda su deuda.

Esta parábola nos enseña que, como el siervo despiadado, todos recibimos el perdón de Dios, pero no siempre estamos dispuestos a perdonar a los demás. Si no perdonamos, corremos el riesgo de perder el perdón de Dios.

El poder del perdón

El perdón tiene el poder de curar heridas emocionales y restaurar relaciones. Cuando perdonamos a alguien, liberamos la ira, la amargura y el resentimiento que pueden detenernos y evitar que avancemos. Además, cuando perdonamos, estamos siguiendo el ejemplo de Jesucristo.

En Colosenses 3:13, la Biblia nos enseña: “Soportáos unos a otros y perdonaos cualquier queja que tengáis unos contra otros. Perdona como el Señor te perdonó”. Cuando perdonamos, estamos reflejando el amor y la misericordia de Dios, y estamos obedeciendo Su mandato de amarnos unos a otros.

El perdón es también un acto de liberación personal. Cuando llevamos dolor y resentimiento, afecta no solo nuestra relación con la persona que nos ha hecho daño, sino también nuestra propia salud emocional y espiritual. Cuando perdonamos, liberamos esa carga y hacemos lugar para la paz y el gozo en nuestras vidas.

El perdón no es una excusa para el pecado.

Sin embargo, es importante recordar que el perdón no es una excusa para el pecado. No podemos permitir que otros nos traten mal repetidamente y esperar que sea aceptable solo porque estamos llamados a perdonar. Debemos establecer límites saludables y buscar ayuda cuando sea necesario.

Jesús dijo en Lucas 17:3-4 : “Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Incluso si él peca contra ti siete veces en un día y siete veces vuelve a ti diciendo ‘lo siento’, debes perdonarlo”. Jesús nos enseña que debemos confrontar a los hermanos que nos ofenden y ofrecerles perdón cuando se arrepientan genuinamente.

El papel del arrepentimiento en el perdón

Otro aspecto importante del perdón es el arrepentimiento. Perdonar no significa ignorar lo que se hizo o negar el dolor que sentimos. Debemos reconocer la ofensa y permitir que la persona que nos ha ofendido se arrepienta.

En 2 Corintios 7:10 , la Biblia nos enseña: “La tristeza que es según Dios no produce remordimiento, sino arrepentimiento para salvación, y la tristeza del mundo produce muerte”. Cuando una persona se arrepiente verdaderamente, cambia su comportamiento y busca reparar el daño causado.

Debemos estar dispuestos a perdonar cuando hay un arrepentimiento genuino, pero también debemos tener la sabiduría para discernir cuando alguien no se arrepiente y puede continuar lastimándonos. En esos casos, podemos establecer límites saludables y orar para que esa persona encuentre el camino hacia el verdadero cambio.

Versículos bíblicos adicionales sobre el perdón

  • Colosenses 3:13: “Sopórtense unos a otros y perdonen cualquier queja que tengan unos contra otros. Perdona como el Señor te perdonó”.
  • Efesios 4:32: “Sed bondadosos y compasivos unos con otros, perdonándoos unos a otros, así como Dios os perdonó a vosotros en Cristo”.
  • Mateo 5:23-24: “Entonces, si estás ofreciendo una ofrenda en el altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano; luego regresa y presenta tu oferta.
  • Marcos 11:25: “Y cuando estés orando, si tienes algo contra alguien, perdónalo, para que tu Padre celestial también perdone tus pecados”.
  • Lucas 6:37: “No juzguéis, y no seréis juzgados. No condenes y no seras condenado. Perdona, y serás perdonado.»

Estos versículos bíblicos adicionales nos recuerdan la importancia del perdón y cuán central es para nuestra vida cristiana. Debemos perdonar como Dios en Cristo nos perdonó, ser compasivos y tolerantes unos con otros, buscar la reconciliación y perdonar a quienes nos ofenden.

oracion por perdon

Cuando nos encontramos en situaciones en las que es difícil perdonar, podemos orar a Dios para que nos ayude. Podemos pedirle que nos dé la gracia de perdonar, que nos ayude a ver la situación desde Su perspectiva y que nos dé la fuerza para superar nuestros sentimientos de ira, amargura y resentimiento.

Una oración que podemos decir es:

“Señor, reconozco que el perdón es esencial para mi vida cristiana. Pero a veces es difícil perdonar a quienes me lastiman. Te pido que me des la gracia de perdonar, así como el Señor me perdonó en Cristo. Ayúdame a ver esta situación desde Su perspectiva y dame la fuerza para superar mis sentimientos de ira, amargura y resentimiento. Que Tu amor y misericordia estén presentes en mi vida, y que yo sea un instrumento de Tu gracia y perdón para los que me rodean. En el nombre de Jesús, amén”.

Conclusión

El perdón es un tema central en la Biblia y es esencial para nuestra vida cristiana. Debemos perdonar cada vez que nos ofenden, siguiendo el ejemplo de Jesucristo. El perdón tiene el poder de curar heridas, restaurar relaciones y liberarnos de cargas emocionales.

Sin embargo, el perdón no es una excusa para el pecado y debemos establecer límites saludables y buscar ayuda cuando sea necesario. El arrepentimiento también es un aspecto importante del perdón, y debemos estar dispuestos a perdonar cuando hay un arrepentimiento genuino.

Que sigamos el ejemplo de Cristo y perdonemos cada vez que nos ofendamos, buscando la reconciliación y la sanación en nuestras relaciones. Que el amor y la misericordia de Dios estén siempre presentes en nuestras vidas, guiándonos por el camino del perdón y la compasión.

Recordemos también que el perdón no es una tarea fácil, sino un proceso que puede llevar tiempo y esfuerzo. Debemos ser pacientes con nosotros mismos y con los demás, confiando en que Dios está obrando en nosotros y en nuestras relaciones.

Finalmente, que siempre nos dirijamos a Dios en oración, pidiendo Su ayuda y gracia para perdonar y amar como Él nos ama. Porque es a través de Su fuerza y ​​Su amor que podemos vivir en paz con los demás y experimentar la verdadera libertad que proviene del perdón.

Que Dios nos bendiga y nos ayude a vivir en amor y armonía unos con otros, siguiendo el ejemplo de Cristo en todo lo que hacemos. Amén.

Share this article

Written by : Ministério Veredas Do IDE

Leave A Comment