La circuncisión es un tema importante en la Biblia y se ha practicado durante muchos siglos. En este estudio bíblico exploraremos qué es la circuncisión, cómo se hacía entre los judíos y su significado en el Antiguo Testamento.
¿Qué es la circuncisión?
La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que consiste en extirpar el prepucio, la piel que recubre el glande del pene. Esta práctica se lleva a cabo en diferentes culturas y religiones, pero en la Biblia la circuncisión tiene un significado especial para el pueblo judío.
La circuncisión se considera una señal del pacto entre Dios y el pueblo de Israel. Fue instituido por Dios como un mandamiento a Abraham y sus descendientes, como señal de la promesa de Dios de bendecirlos y convertirlos en una gran nación.
“Por tu parte”, dijo Dios a Abraham, “guarda mi pacto, tú y tu futura descendencia.
Este es mi pacto contigo y con tu descendencia, un pacto que debes guardar: Todo varón entre vosotros será circuncidado en la carne.
Tendrás que hacer esta marca, que será la señal del pacto entre tú y yo.
Desde vuestra generación en adelante, será circuncidado todo niño de ocho días entre vosotros, tanto el nacido en vuestra casa como el comprado a extranjeros y que no sea de vuestra descendencia.
Ya sea que haya nacido en su casa o haya sido comprado, tendrá que ser circuncidado. Mi pacto, marcado en vuestro cuerpo, será un pacto eterno.
Todo varón incircunciso, que no haya sido circuncidado, será cortado de entre su pueblo; rompió mi pacto”.Génesis 17:9-14
Además, la circuncisión también era un símbolo de purificación y separación del mundo pagano. Al someterse a la circuncisión, los judíos mostraron su compromiso de seguir la ley de Dios y ser un pueblo separado para Él.
¿Cómo se realizaba la circuncisión entre los judíos?
La circuncisión se realizaba en bebés varones al octavo día de vida. El procedimiento lo realizaba un mohel, una persona entrenada para realizar la circuncisión según la tradición judía.
Un mohel era un profesional muy respetado en la tradición judía que se especializaba en la práctica de la circuncisión ritual. Este hábil experto jugó un papel crucial en la comunidad, siendo asignado para realizar la circuncisión de bebés varones de acuerdo con las tradiciones religiosas judías. Además de sus habilidades quirúrgicas, un mohel también tenía la responsabilidad de preservar la integridad espiritual del ritual, asegurando que la ceremonia se realizara con reverencia y respeto por los preceptos establecidos en el pacto entre Dios y el pueblo de Israel.
El mohel utilizó un cuchillo especial para cortar el prepucio, retirándolo por completo. Después de la circuncisión, el bebé era considerado parte del pueblo judío y se le daba un nombre hebreo.
La circuncisión era un acontecimiento importante en la vida de un judío y se celebraba con una ceremonia especial conocida como brit milá. En esta ceremonia, el niño fue presentado a la comunidad y recibió bendiciones de padres e invitados.
Circuncisión en el Antiguo Testamento
La circuncisión se menciona varias veces en el Antiguo Testamento como señal de la alianza entre Dios y el pueblo de Israel. En Génesis 17:10-14, Dios establece la circuncisión como señal del pacto eterno con Abraham y su descendencia.
Dios le dijo a Abraham:“Este é o meu pacto, que guardareis entre mim e vós e a tua descendência: Que todo macho entre vós será circuncidado” (Gênesis 17:10). Essa aliança foi renovada com Moisés e com os israelitas no deserto.
La circuncisión en el Antiguo Testamento era un signo visible de la identidad del pueblo judío y de su relación con Dios. Fue un recordatorio constante de que eran un pueblo separado y que tenían una responsabilidad especial ante Dios.
Aunque la circuncisión era un mandamiento importante en la ley de Moisés, el Nuevo Testamento nos enseña que la circuncisión física ya no es necesaria para los cristianos. En cambio, la atención se centra en la circuncisión del corazón, es decir, en la transformación interior y el compromiso con Dios.
Circuncisión en el Nuevo Testamento
La circuncisión en el Nuevo Testamento a menudo se analiza en el contexto del cambio provocado por el mensaje de Jesucristo. En varios pasajes, como Gálatas 5:6, Pablo destaca la importancia de que la fe obre a través del amor, en contraste con la práctica de la circuncisión como medio de justificación. Sostiene que en Cristo lo que importa es una nueva creación, no la circuncisión o la incircuncisión. Esta perspectiva destaca la transformación espiritual y la aceptación a través de la fe en Jesús en lugar de depender de prácticas rituales antiguas.
Porque en Jesucristo ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor alguno; sino más bien la fe que obra por el amor. Gálatas 5:6
La circuncisión se aborda de manera más simbólica en Colosenses 2:11-12, donde Pablo describe a los creyentes como circuncidados “con circuncisión hecha sin manos”. Aquí el énfasis está en la experiencia espiritual interna, indicando que en Cristo los creyentes experimentan una purificación interna que va más allá de la práctica física de la circuncisión. Es un cambio de corazón, realizado por Dios, que trasciende las tradiciones externas.
En Romanos 2:29, Pablo amplía aún más este concepto al hablar de la verdadera circuncisión del corazón, realizada por el Espíritu y no por la letra de la ley. Destaca que ser un verdadero judío no es sólo una cuestión externa, sino que implica una transformación interna, una relación con Dios que va más allá de las prácticas ceremoniales. Así, la circuncisión en el Nuevo Testamento se reinterpreta como un símbolo espiritual de compromiso y fe interior en Dios.
En última instancia, el Nuevo Testamento ofrece una visión de la circuncisión que va más allá del aspecto físico y ceremonial, enfatizando la importancia de la fe, la transformación interior y la relación personal con Dios a través de la obra de Jesucristo.
Conclusión
La circuncisión es un tema importante en la Biblia, que representa el pacto entre Dios y el pueblo judío. Se realizó como señal de identidad, purificación y compromiso con Dios. Aunque la circuncisión física ya no es obligatoria para los cristianos, el principio detrás de ella, “la circuncisión del corazón”, sigue siendo relevante. Debemos buscar la transformación interior y un compromiso sincero con Dios.
Que podamos comprender el significado más profundo de la circuncisión y aplicar sus principios a nuestra vida espiritual, buscando una relación íntima con Dios y un compromiso genuino con Él.
Que la circuncisión del corazón sea una realidad en nuestras vidas, para que podamos vivir según los propósitos de Dios y experimentar la plenitud de Su gracia y amor.